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ALFREDO MACHÍN | Estomatólogo, mañana recibe la Medalla de la Sociedad Asturiana de Dermatología

"La odontología sigue siendo una profesión muy artesanal a pesar de la tecnología"

"La Seguridad Social quebraría en un par de años si ampliase sus servicios e incorporase los tratamientos dentales"

Alfredo Machín, en su consulta de la calle Uría. IRMA COLLÍN

Alfredo Machín Múñiz (Oviedo, 1956) lleva treinta años ejerciendo la medicina. Es uno de los últimos médicos estomatólogos formado íntegramente en la Universidad de Oviedo, donde estudió la carrera y la especialidad. Antes de dedicarse al cuidado de los dientes y la boca trabajó como médico de urgencias y de Atención Primaria en el centro de salud de Tineo. La estomatología fue, según él mismo explica, "una vocación tardía" que ha fructificado en cinco clínicas, repartidas por Oviedo, Gijón, Avilés y Cangas del Narcea. Mañana, la Sociedad Asturiana de Dermatología le entrega su medalla, una distinción que recibirá en el Colegio de Médicos, a las siete de la tarde.

-¿Por qué los dermatólogos premian su actividad?

-No sabría precisar. Deben dar su medalla cada año a una especialidad distinta a la suya. A los estomatólogos nos resulta interesante y agradecemos el intercambio de opiniones que propicia. Tengo que dar una pequeña charla en el acto de entrega y ha sido complicado elegir el tema, acostumbrados como estamos para hablar solo para odontólogos.

-Parece una especialidad muy encerrada en sí misma.

-Intervenimos en patologías médicas de otras especialidades, como la de la articulación mandibular, producida por el bruxismo, y hay muchísima gente afectada por ella: hay muchos dolores de cabeza, chasquidos, dolores que se irradian al ojo, hay enfermos que acuden al otorrino, antes incluso se les enviaba al psiquiatra porque no había forma de localizar la causa de todo aquello... Los odontólogos trabajamos en muchos campos, incluso en la apnea del sueño, que es una patología que afecta al veinticinco por ciento de la población. También hay una relación entre problemas oclusares y el posicionamiento de la columna vertebral, sobre todo en niños. Hay muchas patologías extradentarias que tratamos, y no suelen ser sencillas. Y las patologías más graves como el cáncer oral.

-La ampliación de los servicios estomatológicos incluidos en la cartera de la Seguridad Social está aún lejos, es de suponer.

-Muy lejos. No hay presupuesto, la Seguridad Social quebraría en un par de años, son tratamientos costosos. Eso tiene algunas desventajas, la Administración pública lo considera un problema privado y deja que impere la ley de la selva. Hay gente que no es dentista sino un simple inversor, coge a unos cuantos dentistas en paro -ahora hay un veinticinco de ellos en paro y la mitad de las nuevas promociones se van fuera- y por un sueldo muy bajo hacen lo que él les exige. Es un serio problema. No hay mortalidad pero sí una gran morbilidad entre sus pacientes. La Administración debería regular esto y exigir que el titular de la clínica sea un profesional, como en las farmacias.

-¿Por qué es tan cara la asistencia estomatológica? ¿Y por qué esas diferencias tan enormes entre las clínicas convencionales y las franquicias?

-No es lo mismo comprar un implante o mil, el precio es diferente, hay estrategias financieras y se compensan los precios con sobretratamiento, así que al final se paga lo mismo y por intervenciones que no se necesitan. La calidad es costosa y hay que repercutirla en el paciente. Y generalmente no se utilizan materiales de la misma calidad: no es lo mismo un implante que otro. Y hasta se mercantiliza la miseria con la promesa de subvenciones.

-¿Ha cambiado mucho la práctica profesional en los últimos años?

-Sí, hay mucha tecnología, todo va informatizado, los sistemas de diagnóstico son tridimensionales, las cirugías guiadas y virtuales, en las ortodoncias puedes ver en simulación informática cómo se van a mover los dientes, se acabaron las pastas para tomar las medidas porque ahora se escanea y todo lo se hace en el plano virtual... Antes para determinar el color se colocaba al paciente en la ventana para ver bien y se comparaba el color con una guía, ahora con una cromatografía consigues el tono exacto. Pero yo pienso que la odontología aún es muy artesanal porque trabajamos en campos muy pequeños, aunque la tecnología es una herramienta de tratamiento y diagnóstico fabulosa. Y hay gente muy exigente con sus dientes.

-Antes la odontología era más curativa.

-De función, sí. Pero ya no vale un diente solo para masticar, tiene que quedar guapo, cuidar el color, la forma de la encía... Ahora es muy importante la estética, transmitir una imagen saludable, y nosotros vamos dando respuesta a la sociedad, de ahí los blanqueamientos, las carillas... Como el boom que hubo en su día con los implantes, lo que ahora llamamos la tercera dentición.

-Y que continúa.

-Han mejorado las impresiones, los materiales, son de circonio si no quieres llevar ningún metal... Hay gente muy exigente, y más de lo que se piensa.

-¿Los pacientes están muy informados?

-Hay de todo. Hay gente absolutamente despreocupada. Según las últimas estadísticas solo uno de cada dos españoles acude una vez al año a la revisión con su dentista, casi hay un cuarenta por ciento de españoles con enfermedad periodontal o inflamación de las encías y un noventa por ciento tiene gingivitis, el sangrado de encías. Un diez por ciento de la población tiene una enfermedad periodontal avanzada. La prevención es esencial y ahorra cantidad de dinero. Nos perdemos en la tecnología, en avances como los implantes, y descuidamos cuestiones básicas como el cepillado y la higiene.

-Dicen que, en los estudios estadísticos, un alto porcentaje de los españoles reconoce no lavarse los dientes una vez al día.

-El tres por ciento reconoce no lavarse nunca. Tres veces al día lo hace el diez por ciento de la población.

-La salud dental, a pesar de todo, ha mejorado.

-Muchísimo. Yo en la clínica rural en la que empecé me encontré con algún padre que llegaba con un chaval joven para que le quitarán los dientes, para que nos les diesen problemas. Entonces cualquier problema se arreglaba sacando el diente.

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