Con su entusiasta versión de "Mi gran noche", la canción de Salvatore Adamo que en España popularizó Raphael, los niños de las rondallas y aulas corales de Oviedo se ganaron ayer al público. Más de quinientos chiquillos, la mayoría de entre seis y doce años, se subieron al escenario del Auditorio Príncipe Felipe. Lo tenían fácil para arrancar los aplausos de su audiencia, porque estaba formada por sus familias y sus profesores que asistían a su concierto de despedida a verles en el concierto de fin de curso.

La Concejalía de Educación del Ayuntamiento de Oviedo promueve este programa, "cultural y de carácter social" y coordinado por Basilio Argüelles, desde 1997. El año que viene festejarán su vigésimo aniversario con un documental que tienen previsto presentar en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA.

Los chavales demostraron su versatilidad coral, tan pronto entonando el "Smoke on the water" de Deep Purple como el "Frère Jacques" de Rameau. También se atrevieron con la Oda a la Alegría de Beethoven y con una pieza popular asturiana, "Germanín, échame un culín".

Fernando Corujo dirigió la mayor parte del concierto. Contó con la colaboración de Sonia Valencia, Raúl Calvo, María Menéndez, Óscar Castillo y Cristina Álvarez, que lo sustituyeron con la batuta en varias canciones. Los niños se dejaron la piel en el escenario, acompañando la música con algunos pasos de baile. Pertenecían a las aulas corales de los colegios públicos de Villafría, del Buenavista, del parque Infantil, de La Gesta I y II, del Dolores medio, de La Ería, del Pablo Miaja, del San Lázaro, del Lorenzo Novo Mier, del de Ventanielles, del Germán Fernández Ramos, del Juan Rodríguez Muñiz, del Veneranda Manzano y de otros dos centros concertados, el Santa María del Naranco y el Amor de Dios.

Basilio Argüelles explicaba ayer en el Auditorio que los 550 niños que se subieron al escenario han asistido a ensayos durante los últimos diez meses. Unos cantan y otros tocan la guitarra. Cada colegio participante en el programa tiene sus propios ensayos pero además algunos niños de cada centro lo hacen periódicamente en la gran rondalla que se reúne en el concierto de fin de curso. En total, desde septiembre del año pasado, han ofrecido cuarenta actuaciones.