Rotunda negativa del gobierno del Principado a la propuesta municipal de esterilizar a las jabalinas del Naranco para controlar así la población en el monte ovetense. "La posibilidad que plantea el concejal es inviable", afirmó ayer a este periódico una portavoz de la Consejería de Desarrollo Rural y Recursos Naturales. La misma fuente afirma que los aguardos -el sistema que la Guardería del Principado utiliza para frenar el avance de los animales hacia la ciudad- continuarán hasta que "se solucione el problema". De momento, no hay constancia de que estas brigadas hayan abatido pieza alguna, pues no se han dado las circunstancias propicias. La hierba alta, favorece que los jabalíes se escondan; la proximidad de viviendas y lo transitado de la zona obliga a extremar la prudencia con las escopetas y han evitado víctimas entre la población de cerdos salvajes. En los últimos días, los guardas han avistado menos ejemplares y, a tenor de los indicios que ha mostrado el monte, sospechan que alguien los ha "perreado", es decir, que los ha perseguido con perros para espantarlos.

Aunque no ha habido víctimas entre los jabalíes, la presencia de agentes de la Guardería Rural en el monte sí parece haber hecho efecto entre los jabalíes, que en los últimos días no se han atrevido a irrumpir -al menos no ha habido constancia- en el casco urbano como hicieron en varias ocasiones últimamente. Tanto se había complicado la situación en la ciudad, que el Ayuntamiento pidió ayuda al Principado para controlar la "invasión" nocturna de jabalíes. "La Consejería actuó de manera urgente cuando lo pidió el concejal", aseguró ayer a este periódico la misma portavoz del departamento regional de Desarrollo Rural. Fue entonces cuando se pusieron en marcha las batidas que, en realidad, no respondían a esa técnica sino a la del aguardo, que consiste en esperar en un lugar preparado con anterioridad y supuestamente frecuentado por el animal. Estas actuaciones levantaron el ánimo de los cazadores, que reclamaban participar y controlar estas tareas en el monte Naranco "para que no se convirtieran en una masacre". No fue así y, al menos según indican las fuentes oficiales del gobierno Regional, ningún jabalí ha fallecido en la operación. El malestar de los titulares del coto de caza de la ladera norte del Naranco -los jabalíes ahora se refugian en la sur, más transitada y con viviendas desperdigadas- ante una posible "carnicería" hizo reaccionar al concejal de Seguridad del Ayuntamiento de Oviedo, Ricardo Fernández. Después de pedir ayuda y de advertir que la situación podía entrañar peligro para las personas, el edil dio marcha atrás y pidió por escrito a la titular de Desarrollo Rural y Recursos Naturales, María Jesús Álvarez, un cambio de planes. "No sé si es o no posible o asumible pero creo que si se realizara el control de la cabaña de jabalíes esterilizando a las hembras de forma pautada y controlada sería factible mantener el número de estos animales en los distintos montes del municipio dentro de los parámetros normales, evitando sus incursiones en la ciudad y que, por lo tanto, puedan resultar peligrosas para los vecinos", escribió Ricardo Fernández.

Sin que conste que haya habido una respuesta oficial al edil, este periódico ha recabado la opinión de la Consejería de Desarrollo Rural, que ha considerado "inviable" poner en marcha la medida que reclamaba el edil. Mientras, los agentes de la Guardería Rural continúan con los aguardos por el Naranco