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La Policía Local impone "sanciones pedagógicas" por exceso de velocidad

Los agentes que usan el radar de mano amonestarán sin multa y explicarán la infracción hasta septiembre, mientras el dispositivo esté en pruebas

Un agente usa el nuevo radar de mano en la avenida de Galicia. LNE

"Iba usted a 40 kilómetros por hora cuando el máximo establecido es de 30. Hemos captado el exceso con el radar de mano. Debe corregirlo para evitar un accidente. Es sancionable. Continúe la marcha". Palabra arriba, palabra abajo, la anterior es la reprimenda que los Policías Locales les están echando estos días a los conductores que superan el límite de velocidad en las vías que vigilan con la llamada "pistola láser", un único y recién estrenado sistema de control que hasta finales de agosto está en fase de pruebas. Por eso, los agentes interpondrán este verano en Oviedo lo que bien puede definirse como "sanciones pedagógicas". No emitirán multas y, por el momento, las amonestaciones las hacen a pie de calle sin necesidad de enviar el rapapolvo por correo ordinario.

A partir de septiembre, los excesos de velocidad captados con el radar de mano sí serán sancionados y los ciudadanos recibirán la multa en su domicilio al igual que ocurre con el resto de infracciones. El objetivo durante el primer trimestre de uso de este dispositivo -de carácter meramente informativo- es conseguir que los conductores reduzcan la velocidad, en especial en las zonas en las que no existen badenes, bandas de frenado o cojines berlineses. En la lista de áreas y vías aptas para contar con la presencia del radar de mano está: General Elorza, avenida del Mar, la Monxina, San Claudio, o la calle principal de La Florida.

Los vecinos denuncian que los conductores se saltan a la torera las señalizaciones y que incluso hay carreras nocturnas, por lo que exigen al Ayuntamiento medidas de urgencia para acabar con un problema que consideran puede terminar en desgracia. Los badenes no son una opción en esas calles por motivos técnicos y urbanísticos; desde el ancho inadecuado hasta sus altos índices de densidad de población, que desaconsejan la instalación de reductores de velocidad porque habría contaminación acústica.

Durante los últimos meses, la plantilla de la Policía Local ha estado recibiendo clases para aprender a utilizar el nuevo radar de mano, adquirido por el anterior gobierno municipal, del PP, por 26.000 euros. Se trata de un sistema provisto con la última tecnología, que podrá ser utilizado desde un coche, una motocicleta o por un policía a pie. En este último caso, lo más recomendable es colocarlo sobre un trípode, para que la medición no quede a expensas del pulso del agente que está empuñando el aparato como si fuera una pistola.

La precisión del radar de mano es muy alta, ya que puede detectar vehículos que circulan en las dos direcciones y medir su velocidad a un kilómetro de distancia, aunque lo más recomendable para que la fotografía tenga nitidez suficiente es utilizarlo a una distancia de 200 metros. Las pistolas son muy ligeras y fáciles de transportar, puesto que sólo pesan 1,5 kilos. El dispositivo cuenta con una unidad de medición de velocidad láser, una cámara fotográfica, una batería y una pantalla digital táctil.

Al mismo tiempo que se ha impartido la formación a los agentes, el área de Seguridad Ciudadana ha estado trabajando en la incorporación a los sistemas informáticos del cuartel del Rubín de las aplicaciones necesarias para poder leer y tramitar los datos facilitados por el radar.

Además del nuevo radar de mano, la Policía Local cuenta con uno móvil que va rotando por los trece cajetines instalados en diferentes zonas, como General Elorza, La Florida, Ingeniero Marquina y Fuente de la Plata, entre otros. Y con cierta periodicidad, la Dirección General de Tráfico cede a los municipios su cinemómetro (un coche radar) para realizar campañas de control de velocidad en la zona urbana.

Los agentes hicieron las primeras pruebas con la "pistola láser" esta semana en el entorno de la avenida de Galicia, tanto con el trípode como sin él. Los ciudadanos, al ver el nuevo dispositivo llegaron a preguntar de qué se trataba, e incluso si era una cámara de vídeo.

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