Juan Carlos Fernández Granda, "Cuni", volvió a enfrentarse el viernes cara a cara con el incendio de un edificio ovetense casi tres meses después de haber resultado herido en el 58 de Uría, el edificio calcinado en el que perdió la vida su compañero del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento, Eloy Palacio Alonso, y que le marcará para siempre.

Sin entrar a valorar la casualidad que hizo que el día que la arteria principal de la ciudad se reabría al tráfico después de estar envuelta en llamas, se desatase otro incendio, "Cuni" se limitó a decir que hizo su trabajo "como un bombero más" y que le tocó "salvamento y no extinción". Es decir, que ayudó a desalojar el edificio de la calle Tito Bustillo en lugar de sofocar las llamas.

La tarea fue más complicada de lo habitual porque algunas personas tuvieron que montarse en la autoescala, mientras que otras, por miedo, debieron ser evacuadas a través del descansillo, un infierno de humo.

Según Bomberos de Oviedo, las labores de extinción de fuego del 4 de Tito Bustillo duraron entre veinte y veinticinco minutos y contaron con la actuación de once agentes que primero acudieron con el vehículo dotado de autoescala y después, para prevenir males mayores, llevaron una cuba.

En esta ocasión utilizaron la boca de riego que hay a unos diez o doce metros del portal de Cuidad Naranco para nutrirse de agua y sofocar las llamas que afectaron a una vivienda del primero (donde probablemente se originó el fuego en una salita d estar) y a la superior de la segunda planta, a la que llegaron las llamas al salir por la ventana. Todos los vecinos fueron evacuados y 11 trasladados al HUCA por inhalar monóxido de carbono.