El Principado protegerá el entorno del acueducto de Los Pilares y los restos de la antigua retraída de aguas de Fitoria.

Así lo ha decidido el Consejo de Gobierno que también ampliará la declaración de Los Pilares como BIC (Bien de Interés Cultural).

La decisión del Principado supondrá que los inmuebles que lindan con los restos del acueducto y que entran dentro del perímetro delimitado pasarán a gozar de la misma protección que el Bien de Interés Cultural, es decir, "que todas las obras e intervenciones que se realicen sobre los mismos requerirán la autorización expresa de la Consejería de Educación y Cultura, y solo serán autorizables cuando recojan adecuadamente el respeto a los valores culturales", tal y como establece el artículo 50.2 de la Ley de Patrimonio Cultural del Principado de Asturias.

El acueducto de Los Pilares fue declarado Monumento Histórico el 26 de noviembre de 1915 por decisión de la Dirección General de Bellas Artes. Por entonces la protección afectaba a los cinco arcos que subsistieron tras la demolición de la conducción. Posteriormente, el 25 de junio de 1985 pasó a ser considerado Bien de Interés Cultural.

El 15 de abril del año pasado, el Principado decidió incoar un expediente para ampliar su declaración como Bien de Interés Cultural y, a la vez, delimitar su entorno de protección, del que carecía desde su catalogación como Monumento Histórico.

Tras la solicitud de informes a instituciones consultivas sobre la procedencia de la propuesta y con el dictamen favorable de la Comisión de Urbanismo y Ordenación del Territorio de Asturias, el Consejo de Gobierno ha autorizado una delimitación que se producirá en dos ámbitos, el primero afectará a la zona ya declarada previamente como BIC, el segundo a los restos de la antigua retraída de aguas de Fitoria, que fueron identificados en 2008, durante las obras realizadas en la ladera del Naranco para la construcción del colector norte.

Una obra del medievo

La historia del acueducto de Los Pilares data del siglo XVI, una época marcada por la voluntad por parte de los Ayuntamientos en garantizar cierta salubridad e higiene en las ciudadades.

En 1537 Oviedo sufría un importante problema de escasez de agua. El Ayuntamiento puso en marcha un proyecto para la traída de aguas desde el Monte Naranco, en concreto desde las zonas de UIes y de Bo, con el objeto de que las aguas llegasen hasta el campo San Francisco.

Tras numerosos contratiempos con los diversos arquitectos encargados de la ejecución del proyecto, el acueducto fue finalizado en 1599, con una estructura formada por una secuencia de arcos y pilares, los cuales iban reduciendo su altura según se iba aproximando a la ciudad.

El acueducto de Los Pilares, que inicialmente estaba formado por 40 arcos, mantuvo su actividad hasta el año 1874, momento en el que se inauguró una traída de aguas adaptada a los usos técnicos de la época.

En ese momento comenzaba a peligrar la preservación de la infraestructura. El Ayuntamiento decidió finalmente demolerlo parcialmente entre 1915 y 1918, salvándose únicamente cinco arcos de los cuarenta originales.