Agustín de Luis Criado, el que fuera jefe de la Policía Local de Oviedo con cuatro alcaldes (Luis Riera, Antonio Masip, Gabino de Lorenzo y Agustín Iglesias Caunedo), ingresó ayer a las cuatro de la tarde en la prisión de Villabona tras ser detenido dos horas antes por agentes de la Guardia Civil en la puerta de su domicilio de Salinas, donde permanecía recluido. "Me voy de vacaciones a Mallorca, a 'Calabona'", bromeó en un juego de palabras con el nombre de la prisión de Villabona, minutos antes de entregarse de forma voluntaria a las autoridades policiales que llevaban varios días vigilando el lugar. De Luis se entregó en compañía de su abogado, Fernando de Barutell, en cumplimiento de una orden de ingreso en prisión para dar cumplimiento a la sentencia que le condena a dos años y siete meses de cárcel por ocultar el atestado de un atropello con alcoholemia hace cuatro años en el barrio de El Cristo.

Aunque en un primer momento estaba previsto que se entregase en el garaje, donde le recogería un coche policial, en el último momento cambió de opinión. "Ya le dije al delegado del Gobierno (en alusión a De Lorenzo) que salgo por delante, como un torero", aclaró. En la puerta esperaban algunos de sus amigos más cercanos, que le despidieron al grito de "¡Agustín, torero!", aunque desde la acera de enfrente, otros ciudadanos le espetaron "¡Delincuente, entrégate ya!". En casa pudo despedirse de una de sus hijas, que le ayudó a hacer la maleta, mientras que su mujer y su otra hija, que acudieron a Salinas para darle ánimos, dieron media vuelta por la presencia de los medios de comunicación.

A pesar de la sentencia condenatoria firme, Agustín de Luis considera su situación un despropósito. "Esto es una auténtica vergüenza, no se le hace ni a un terrorista. El Tribunal Constitucional les va a pegar una hostia que van a salir volando... A Estrasburgo lo llevo si hace falta. Esto es un acoso, un 'juricidio' como una catedral", manifestó. "Cuando has hecho algo, vale, pero este rollo es todo una invención suya. El único delito que he podido cometer es dejar de perseguir un delito y eso va por vía administrativa", aseguró.

Antes de ingresar en prisión aseguró que se encontraba preparado "física, mental y espiritualmente". También manifestó, en tono distendido, que en la maleta llevaba "ocho bombas y el teléfono de la jueza" que le ha condenado.

"La gente piensa que va a la cárcel por algo gordo", dice un amigo

Agustín de Luis disfrutó los últimos momentos de libertad en compañía de sus amigos más cercanos, con quienes compartió una cena. Uno de ellos, vecino del mismo inmueble, explicó que se encontraba muy tranquilo. "En cambio yo tengo el estómago cosido, me da mucha pena por él, le tengo mucho aprecio. La gente piensa que se va a la cárcel por una cosa gordísima, y no hay nada", señaló este amigo del exjefe de la Policía Local de Oviedo.

En el momento de entregarse a las autoridades -cuatro agentes de la Guardia Civil, uno de ellos con rango de capitán- Agustín de Luis se subió en el asiento de atrás de un coche policial sin rotular, portando solamente un maletín de mano. El encargado de llevarle más tarde la maleta con sus pertenencias a la cárcel fue su abogado. Desde Salinas, Agustín de Luis fue trasladado al cuartel de la Benemérita en Piedras Blancas (también en el municipio de Castrillón) para tramitar las correspondientes diligencias y realizar la reseña de detenido, con la pertinente foto y la toma de huellas dactilares. Él había pedido encarecidamente que no se realizase esta gestión en el cuartel del Rubín, ubicado al lado del de la Policía Local, donde De Luis ha dejado unos cuantos enemigos. Sin ir más lejos, el procedimiento judicial que ha desencadenado su ingreso en prisión es consecuencia de una denuncia del Sindicato Independiente de la Policía Local (SIPLA), que le acusó de favorecer a un amigo -hostelero de General Zuvillaga- tras un atropello con alcoholemia.

Al cierre de esta edición, el que fuera responsable de la seguridad en la ciudad durante décadas descansaba en el módulo de ingresos de Villabona.

Según explicó su abogado, tal y como establece el protocolo, lo han visto el médico y el psicólogo. "Está muy agradecido a Instituciones Penitenciarias por el trato, que dice que ha sido estupendo y exquisito", señaló Fernando de Barutell. Hoy decidirán si es trasladado a un módulo. Agustín de Luis se quedó "tranquilo" leyendo un tratado filosófico de Kant.