El responsable de la seguridad de la ciudad durante décadas, Agustín de Luis Criado, se ha adaptado a la perfección a su nueva condición de preso en la prisión de Villabona hasta el punto de sentenciar que está mejor en la cárcel "que en la calle aguantando a mediocres". Así se lo trasladó ayer a su abogado, Fernando de Barutell para que lo hiciera público, en el transcurso de una visita al reo en la cárcel de Villabona.

De Luis, condenado a una pena de dos años y siete meses de prisión, permanece en el módulo de ingresos, donde comparte espacio con otros seis presos, aunque dispone de una celda para él solo. "Lo mejor de la cárcel son los presos y los funcionarios", explicó el exjefe de la Policía Local de Oviedo, que ha hecho buenas migas con unos y con otros. Tal y como era su intención, ya ha empezado a compartir con sus compañeros del módulo de ingresos sus conocimientos de alemán y de inglés. Los presos que acompañan a De Luis estos días son en su mayoría jóvenes y están condenados por delitos menores. "Son todos estupendos", manifestó.

Aunque aún no le han comunicado nada al respecto, lo más probable es que el exjefe de la Policía Local de Oviedo permanezca en el módulo de ingresos donde los recién llegados pasan al menos una noche antes de ser trasladados a uno de los módulos de la prisión. Él dice que le da igual, que todos se portan con él de maravilla y que la comida "es estupenda". Además, sostiene que en la cárcel "ni son todos los que están, ni están todos los que son".

Entre las lecturas de Kant y las clases que imparte a los compañeros de módulo, Agustín de Luis ha tenido tiempo a reflexionar sobre su situación. Cuando le preguntan por el protocolo antisuicidios, que se aplica a los presos en riesgo, él se lleva las manos a la cabeza. "Tengo mucho respecto por la vida como católico que soy, y mucho que contar cuando salga de aquí. Ahora mismo morirme supondría un gran disgusto". También ha dicho Agustín de Luis que en este momento lo único que le importa es su familia: su esposa y sus tres hijas.

También ha tenido tiempo para agradecer "a todos los que han pedido un respeto por mí" y en especial al delegado del Gobierno en Asturias y exalcalde de Oviedo con el PP, Gabino de Lorenzo, a quien envió un "afectuoso abrazo". Un día antes el delegado pidió "compasión" para el que fuera su colaborador y dijo: "Es cruel que se machaque de esta manera a una persona jubilada, que acaba de entrar en la cárcel. Uno puede ser mejor o peor, y tener más o menos luces, pero es un ser humano, y no se le puede destrozar. Bastante deshecho está ya". Pero Agustín de Luis ha respondido que de deshecho nada de nada. "Antes 'partío' que 'doblao'", manifestó parafraseando a la exministra de Fomento con el Gobierno de Zapatero, Magdalena Álvarez. "No han doblegado mi voluntad", insistió.

Durante la visita que le hizo ayer en la cárcel, su abogado, Fernando de Barutell, insistió a Agustín de Luis -totalmente en desacuerdo con el desarrollo del procedimiento judicial que le ha llevado a la cárcel- en que las resoluciones jurídicas, especialmente las sentencias "deben ser cumplidas". También le trasladó que "cualquier discrepancia" con estas resoluciones "ha de hacerse principalmente a través de los recursos establecidos con argumentos jurídicos". Todo ello, manifestó De Barutell "dentro del respeto debido a los miembros de los órganos jurisdiccionales".

Entre tanto, alrededor de cincuenta personas de su entorno más íntimo han cursado ya una solicitud formal para acudir a la cárcel a visitar a Agustín de Luis. Él debe autorizar previamente las comunicaciones y la decisión final corresponde a Instituciones Penitenciarias.

Agustín de Luis ingresó en prisión el pasado jueves por la tarde, después de entregarse a las autoridades policiales a las puertas de su domicilio en Salinas (Castrillón). Llevaba varios días en busca y captura por orden judicial. "Salí sin esconderme, por la puerta grande, como un torero", señaló este salmantino de Mogarraz que gobernó el cuartel de El Rubín durante el mandato de cuatro alcaldes: Luis Riera, Antonio Masip, Gabino de Lorenzo y Agustín Iglesias Caunedo.

En una extensa entrevista concedida a LA NUEVA ESPAÑA durante su reclusión en el piso de Salinas, De Luis reconoció que a lo largo de su carrera había quitado muchas multas, lamentándose -en alusión a la situación actual- que "para una vez" que lo hace "bien", acaba con sus huesos en prisión. En concreto el exjefe de la Policía Local de Oviedo está condenado por ocultar el atestado de un atropello con alcoholemia. El conductor es un conocido hostelero ovetense de General Zuvillaga, amigo de otro hostelero, a su vez conocido de De Luis. Durante el juicio ambos explicaron que habían pedido a Agustín ayuda para recuperar del depósito de la grúa el vehículo que conducía en el momento del accidente. La persona atropellada (herido leve) nunca reclamó daños o indemnización alguna y tan solo compareció en el procedimiento en calidad de testigo.

La causa prosperó a raíz de una denuncia del Sindicato Independiente de la Policía Local (SIPLA), representado en el juicio en la Audiencia Provincial por la letrada Rebeca García. El Tribunal Supremo ratificó la sentencia dictada en primera instancia.