El gobierno local (Somos, PSOE e IU) desalojará el próximo martes a las doce personas que residen en el poblado chabolista de La Malata, ubicado en el barrio de La Corredoria, a las afueras de la ciudad, en una parcela en el límite de Oviedo con Siero. El Ayuntamiento recibió hace días la autorización del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 2 de Oviedo para proceder a la intervención, prevista para las 9.00 horas del martes y en la que participarán agentes de la Policía Nacional.

La fecha del desalojo fue decidida esta misma semana por el gobierno, que ha querido llevar el asunto con la máxima discreción, consciente de que se trata de una cuestión que se considera delicada. Según pudo saber ayer este periódico, la policía empezó en la tarde de ayer a notificar a los afectados el inminente desalojo, reclamado desde hace años por los vecinos de La Corredoria.

El pasado martes, en el Ayuntamiento se celebró una reunión entre las distintas áreas implicadas en el desalojo: desde Servicios Sociales hasta Seguridad Ciudadana, pasando por Parques y Jardines y Sanidad. En la cita participaron técnicos e incluso representantes de la perrera municipal, sabedores los responsables de que los residentes en el poblado chabolista tienen animales de los que, previsiblemente, tendrá que ocuparse el Ayuntamiento.

Según los últimos informes que se manejan en el Consistorio, en La Malata conviven unas doce familias, la mayoría de ellas empadronadas fuera del municipio, muchas incluso fuera de la región, especialmente en Madrid. Según distintas fuentes consultadas, los responsables de los servicios sociales municipales han tratado en varias ocasiones de resolver el problema evitando el desalojo y facilitando residencias y casas de acogida a los habitantes del poblado pero, según aseguran las mismas fuentes, "se negaron a aceptarlo".

Los chabolistas llevan años asentados en La Malata. El tripartito inició los trámites para el desalojo del poblado el pasado mes de marzo, cuando se dio luz verde en junta de gobierno. Ese mes se comunicó la situación al Juzgado, que el pasado 18 de julio envió una notificación al Ayuntamiento autorizando la entrada a la finca y el desalojo de los residentes, que siempre se han mostrado contrarios a marcharse de allí.

El asentamiento de La Malata lleva varios años en pie, pero en los últimos meses ha ido extendiéndose. En un terreno con huertos, caballos y ganado porcino habitan doce familias, muchas de ellas con menores de edad a su cargo. El poblado está perfectamente estructurado en varias zonas separadas. Los más veteranos están instalados en caravanas ubicadas en parcelas convenientemente delimitadas y colindantes con la carretera que une La Corredoria con Lugones. Los residentes se ocupan del mantenimiento del colosal cierre que separa las parcelas de la acera por la que circulan los peatones. Al lado de estas parcelas, en la parte más próxima a La Corredoria, se ubican unos asentamientos también veteranos, pero aún más humildes. Estas familias residen en tiendas de campaña rodeadas por lonas y cuerdas en las que tienden la ropa, la mayoría de niños. Los últimos moradores se han instalado en la parte de atrás del poblado, junto a las vías del tren. Por esta zona acceden con sus vehículos al asentamiento chabolista.

Durante estos años de asentamiento, se cuentas varios incidentes relacionados con el poblado. El pasado verano, por ejemplo, una bombona de gas explotó en una de las chabolas y provocó un incendio, incidente en el que no hubo que lamentar heridos.