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Una disminución excesiva de la demora puede aumentar la demanda

El HUCA acumula casi 5.200 resonancias pendientes Las peticiones, en auge porque la prueba no emite radiación

A finales del pasado mes de junio, en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) estaba pendientes de una resonancia 5.175 pacientes. La demanda de este tipo de pruebas diagnósticas ha experimentado un potente auge en los últimos años. "Si dispusiéramos de máquinas suficientes, duplicaríamos o triplicaríamos el número de exploraciones", declaró recientemente a este periódico Serafín Costilla, profesor titular de la Facultad de Medicina y jefe de sección en el servicio de radiodiagnóstico del HUCA, en el que fue jefe de servicio durante tres años (2011-2014).

El doctor Costilla explica las causas de este incremento de la petición de resonancias: "En primer lugar, porque no utilizan radiaciones ionizantes; y, en segundo lugar, porque la información que suministran con las múltiples formas de obtener las imágenes supera con creces la información que obtenemos con el TAC".

¿En función de qué criterios se recomienda hacer una resonancia o un TAC? Los especialistas apuestan por aquella técnica que más información proporciona con la menor dosis de radiación posible. Una de las grandes ventajas de la resonancia estriba en que no emite radiación. Sin embargo, los especialistas deben valorar también el coste y la disponibilidad de la técnica. El TAC es una tecnología más disponible y la ejecución es más rápida que la resonancia.

Faustino García Arias, jefe de rayos del HUCA, sostiene que la reducción de las demoras en este tipo de pruebas es deseable, pero puntualiza que si las esperas se dejaran en el mínimo, muy probablemente entraría en juego una tendencia -seguramente inconsciente- de incremento de petición de pruebas por parte de los especialistas, que implicaría un nuevo aumento de las demoras.

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