Ya desde 2009 se puede ver la gran pancarta de Fañagüetu en el fondo norte del Carlos Tartiere. El proyecto, que nació con el equipo en Tercera División, se materializó con su inscripción como asociación cuatro años más tarde.

Surge en uno de los peores momentos del club, cuando este grupo de amigos, que se conocieron en la Universidad, ve la necesidad de apoyar al club y "pasarlo bien en una época en la que el equipo practicaba un fútbol pobre", según comenta su ex presidente, Pablo Fernández.

En esta peña, de momento, no tienen otro objetivo que no sea apoyar al equipo, y por eso su secretario, Claudio Álvarez, no ve la necesidad de expandirse mucho más: "Normalmente, quienes se unen vienen de la mano de algún socio, pero no cerramos las puertas a cualquiera que quiera aportar". El alta tiene un precio de 15 euros, mientras que quienes renuevan solo tienen que abonar 12. Con este dinero financian varias reuniones entre las que se encuentra su espicha de final de temporada, abierta a cualquiera que desee participar.

En el transcurso de la fiesta entregan el Trofeo Pundonor. Con esta iniciativa pretenden premiar a quienes actúan en pro del oviedismo: "Hace tiempo que dejamos de idolatrar a los jugadores y comenzamos a idolatrar a la afición carbayona", asegura Pablo Fernández.

Sin ir más lejos, uno de los últimos trofeos fue para Doña Isabel, una aficionada que se sienta junto a ellos en el estadio y que, según dicen, vive los partidos como nadie.

Con la nueva temporada ya en mente, Javier Crespo, miembro de la peña, prioriza un objetivo fundamental: la creación de una grada de animación más organizada: "Nos parece clave que se cree el Fondo Norte 1926. Este proyecto busca que se lleve a cabo la sectorización que nos permita tener mejor ambiente en el Tartiere y apoyar a otros grupos que tienen demasiado peso. Ya se ha hecho en varios estadios de España y funciona muy bien".

Este año esperan viajar más que en las temporadas anteriores. Lo que ya está decidido es que para una serie de desplazamientos, los más cercanos, se organizarán expediciones, siempre y cuando los horarios lo permitan.

Claudio Álvarez comenta que, "por las dimensiones de la peña, es más complicado realizar los desplazamientos. No somos suficientes para llenar un autobús, por lo que solemos organizarnos en vehículos particulares o en microbuses".

Un año más la Peña Azul Fañagüetu se centrará en su labor de apoyar al club y de fomentar y premiar el oviedismo.