"La casucha destartalada, canija y neorrealista está condenada a muerte. Se trata de la casa de las controversias, el último garbanzo negro de la calle de Palacio Valdés. Hoy pueden echarse las campanas al vuelo porque, por fin, la casa va a ser derribada para, en su lugar, en una de las zonas más comerciales del centro, levantar, en su lugar, un edificio moderno. De este modo se solucionará también uno de los más curiosos, comentados y lamentables problemas urbanos que Oviedo tenía planteados, ampliándose la acera y alineándose los edificios".