El estado de conservación del archivo de la Fábrica de Armas de Trubia hace un año era "lamentable, precario y en muchos casos estaba en riesgo de deterioro irreversible y abandono en general". Ese es el veredicto de Elena Nieto Torrejón, documentalista y uno de los últimos investigadores -si no la última- que ha tenido acceso a la documentación que se custodia en el complejo.

A pesar de que, como sostiene Nieto, la documentación que se guarda en él "representa la historia viva de un modelo de empresa pionero en su tiempo" y es "esencial en la historia de la empresa en España y en Asturias", el archivo está sumido en una situación de "abandono en general". Cuando la documentalista tuvo acceso a él no estaba organizado y, según refiere, en su conservación no se cumplía "ninguna de las normas, leyes ni recomendaciones de los organismos que velan en esta materia".

El archivo de la fábrica de Trubia está repartido, según explica Elena Nieto, en varios depósitos entre el edificio de las oficinas centrales y los talleres de municiones de Quintana. Son aproximadamente 1.105 metros lineales de documentos, fechados entre 1841 y 1987. Hay planos y mapas; libros de cuentas; expedientes de accidentes laborales y de bajas, de despidos, de cursos y de ordenes de construcción de piezas; partes de faltas; registros de entradas y salidas del almacén. Hay amontonados unos 130 tubos llenos de planos -unos veinte cada uno- con plantas, alzados, secciones y detalles constructivos de las edificaciones del complejo y carpetas con instrucciones de montaje de las armas. En los talleres de municiones hay instrucciones de construcción, libros de contabilidad y de autoridades, de entradas de carbón, de proveedores, actas, registros y mandamientos de pago, entre otros papeles.

El archivo contiene colecciones de revistas técnicas, nacionales e internacionales, las más valiosas las que datan del siglo XIX, y además una colección de imágenes fijas -aunque seriamente expoliado-, ya que la Fábrica de Armas de Trubia albergó el primer taller de Asturias de litografía y vinculado a él uno de fotografía.

En la biblioteca los ejemplares más antiguos datan del siglo XVIII, según ha verificado Elena Nieto. Contiene colecciones enciclopédicas editadas en París en 1881, literatura clásica y libros técnicos. La investigadora explica que en un registro realizado en el año 1994 se contabilizaron 11.394 volúmenes y en 2009 la cifra se había reducido a menos de nueve mil. La fábrica guarda también una interesante colección de escultura.

Elena Nieto presentó las conclusiones de su investigación sobre el archivo de la fábrica trubieca en las I Jornadas de Patrimonio Cultural en Asturias, en el año 2015. "Llevamos un año advirtiendo del deterioro", se lamenta y opina que se hubiera podido haber evitado que el Ministerio de Defensa tomara cartas en el asunto y procediera al traslado de los fondos a sus archivos en Madrid. "Defensa hace lo más indicado para la preservación de lo que nos ocupa. Evidentemente, esto ha ocurrido porque otras instituciones no han movido ficha en todo este tiempo", afirma, y añade que "como profesional y amante de mi trabajo deseo que el archivo se preserve, ¿de la mano de quién o qué institución? Ni lo sé ni me importa. Lo que importa es recuperar, no dejar morir la memoria, eso es lo que importa".