"Dedico esta charla a una persona que está entre el público, que tenía pensado suicidarse, que tenía en mente acudir a este acto antes de quitarse la vida y al que quiero convencer de que no se suicide".

El inicio de la conferencia de Daniel López, psicólogo del Teléfono de la Esperanza, no podía causar mayor expectación. El interlocutor no fue identificado en ningún momento, pero estaba sentado en la tarde de ayer en una de las butacas del Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA.

"Sé que cuando salgas de aquí te habré convencido y ya no querrás terminar con tu vida", afirmó López en el marco de su conferencia "Eres energía. Frente a la depresión y el aislamiento". El psicólogo estuvo acompañado por su compañera en el Teléfono de la Esperanza Beatriz Menéndez y por Ricardo Fernández, concejal de Seguridad Ciudadana.

Daniel López dedicó toda su charla a convencer al destinatario de su delicada argumentación. "Estos días pensarías si lo que ibas a hacer era normal. A lo mejor tuviste que pasar por situaciones que te superaron. Pero tú eres nuestra razón de ser y te vamos a ayudar".

Acto seguido explicó al espectador anónimo que "el suicidio es una solución definitiva a un problema temporal, que pasará. Por eso tenemos talleres en los que nos encontramos con gente como tú". Y agregó: "Vales mucho más de lo que dicen en tu entorno, y nosotros lo sabemos, y tenemos las herramientas para iluminar tu noche".

"La depresión está alejándote de todo lo que te hace bien. Sé que no quieres morir, y por eso estás aquí, y nosotros te ayudaremos a que lo comprendas. Ves la muerte como una liberación y mereces descubrir de lo que eres capaz", aseveró el psicólogo, quien, dirigiéndose al numeroso público, hizo hincapié en que de la depresión se sale, "y lo tuyo se cura, te lo aseguro". El psicólogo también se refirió al entorno del potencial suicida, al que instó a saber escuchar para que se convierta en su aliado.

Para finalizar, se proyectó un breve vídeo con imágenes que reflejaban algunas claves para ser feliz en la vida cotidiana, a base de dar importancia a pequeños detalles en los que a menudo no se repara.