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ANDRÉS PASCUAL | Escritor, especialista en motivación, mañana ofrecerá una conferencia en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA

"Los libros son como la vida misma, en ellos están todas las emociones"

"Somos unos granitos de arena en el desierto de la vida, y a la vez albergamos la fuerza para afrontar cualquier reto"

Andrés Pascual, con un ejemplar de "Taj". FOTO CEDIDA POR ANDRÉS PASCUAL

Andrés Pascual (Logroño, 1969), abogado, escritor y especialista en motivación, ofrecerá mañana, a las siete de la tarde, una conferencia en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA, en la que hablará del modo de superar los desafíos de la vida. Será al hilo de la presentación de "Taj", su último libro, con el que ha ganado el premio de Novela Histórica "Alfonso X el Sabio", "una novela redonda, de amor y superación", como la definió el jurado. Pascual, que reside en Londres, es coordinador del Aula de Cultura de Vocento en La Rioja y colaborador radiofónico donde habla sobre sus viajes. Ha formado parte de varias bandas de rock. Su primera novela, "El guardián de la flor de loto" (2007), emocionó a más de cien mil lectores en España. Con "El compositor de tormentas" (2009) y "El haiku de las palabras perdidas" (2011), ha consolidado su proyección internacional.

-"Taj" es una historia de Oriente y también de superación. ¿Qué ha querido contar?

-Relato la historia de la construcción del Taj Mahal desde la perspectiva de los veinte mil trabajadores que aunaron fuerzas, pasión y lo mejor de sus diferentes culturas para levantarlo. Todos ellos, tanto los maestros artesanos como los peones encaramados a los elefantes, son héroes anónimos que merecían un homenaje. Para mí es el edificio más emblemático del planeta.

-¿Los libros enseñan a vivir?

-Los libros son la vida misma, en ellos están todas las emociones. "Taj" es una novela, pero también un manual de superación, ya que narra un doble desafío: el del emperador que construyó el mausoleo y el de un joven del desierto que se enfrentará a todos los convencionalismos para rescatar a su amada Aisha, recluida en el harén del soberano. Los seres humanos somos apenas unos granitos de arena en el desierto de la vida, pero al mismo tiempo albergamos dentro de nosotros la fuerza para superar cualquier reto.

-¿Existe alguna semejanza entre aquella sociedad de la India y la nuestra actual?

-En todas las partes del mundo y en todas las épocas ha habido siempre personas desconocidas que nos dan maravillosas lecciones vitales. Me gusta cuando la madre del protagonista le dice: "Nadie puede escapar de su casta", y él contesta: "Yo soy diferente". Necesitamos héroes cotidianos en los que fijarnos. Balu creía en su causa y se lanzaba a pecho descubierto contra las dificultades. Para crear, necesitamos creer.

-¿Hasta puede llegar el fanatismo en estos tiempos?

-El fanatismo ha sido un cáncer terrible desde el principio de los tiempos. La convivencia es el único camino posible para seguir adelante. Por eso presenté "Taj" al certamen "Alfonso X el Sabio", un rey que es nuestro símbolo de tolerancia y convivencia de civilizaciones. Igual que él, el Sha Jahan, emperador mogol que mandó construir el Taj Mahal, mantuvo la convivencia entre las culturas y religiones del antiguo Indostán. El edificio es único debido a ese espíritu de tolerancia y fusión.

-Es abogado, ¿por qué escribe?

-Lo que me pregunto es cómo he pasado veinte años escribiendo demandas de separación. Es cierto es que el Juzgado también admitía una buena dosis de literatura y de ficción, pero me gusta mucho más escribir sobre lugares fascinantes cargados de romanticismo y de épica.

-Vive en Londres, la ciudad más cosmopolita de Europa, y acaso del mundo. ¿Ha notado cambios desde el referéndum?

-Londres es una isla dentro del Reino Unido. No querían el "Brexit" y siguen trabajando ajenos a él. Podrían haber optado por gimotear tras la decisión, pero comprendieron que entre lamento y lamento, la vida se nos va.

-Habrá visto el Taj Mahal...

-En dos ocasiones. La primera tras un viaje en moto por la línea de control de Naciones Unidas en Cachemira y, la segunda, tras un periplo que me llevó de Kerala a Varanasi, hace más de una década. Desde que puse un pie en Agra soñé con escribir este libro. Tan es así que durante estos diez o doce años he llevado el tique de entrada al mausoleo en mi cartera. No soy nada fetichista, pero, por alguna razón, ese pequeño resguardo de papel ha estado siempre ahí.

-¿Qué le dice Asturias?

-Tengo muy buenos amigos asturianos. Por eso me gusta venir a presentar todos mis libros a esta tierra que me trata siempre tan bien.

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