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El Everest como metáfora de la vida

La alpinista Araceli Segarra sostiene que entre el montañismo y la actividad de los emprendedores hay muchos paralelismos

Araceli Segarra, ayer, en el palacio Conde de Toreno. LUISMA MURIAS

La alpinista catalana, Araceli Segarra, pasó ayer por Oviedo para dar una charla en la X Edición de la entrega de los premios "Emprendedores XXI". Y lo hizo para explicar el paralelismo que existe entre un complejo proyecto de escalada al Everest, para rodar un documental en IMAX, y el emprendimiento en el mundo empresarial.

Poco antes comentó a LA NUEVA ESPAÑA los "muchos" puntos en común que unen a sectores tan dispares como el alpinismo y el del emprendedor. Y lo hizo con una gran espontaneidad, inteligencia y rebosando fuerza interior. "Utilizo la montaña como una metáfora por el tiempo que paso en ella y la intensidad con la que vivo cada expedición, sobre todo esta del Everest, que acabó sacando lo mejor y lo peor de cada uno de nosotros". Es entonces cuando se puede ver muy bien la naturaleza humana, "que al final acaba siendo la misma para todas las personas, independientemente del sector en el que estén", desveló la alpinista.

Después entró en la materia que la trajo a Oviedo. "Todos tenemos proyectos, y en ese momento necesitamos encontrar financiación, asesoramiento, nos hace falta una experiencia o unos conocimientos; y en el momento en que ya estamos en medio del proyecto, a menudo hay puntos de inflexión en los que quieres tirar la toalla porque ves que no está funcionando como quieres o que es imposible. El paralelismo es, fundamentalmente, en cuanto al comportamiento humano".

¿Qué lecciones aprendió en la montaña? "Muchísimas, desde tener paciencia, perseverancia, saber en qué momento debo abandonar, a trabajar en equipo y a saber valorar a tus compañeros. Son muchísimas las lecciones y son útiles también para la familia y en la vida cotidiana".

Y por esto las trasladó a su faceta de emprendedora. "Dentro de mis proyectos, que son básicamente literarios, trabajo en el mundo de la ilustración infantil y desde hace ocho años estoy luchando por mi proyecto literario. Claro que me sirvió y las trasladé. Merece la pena intentarlo".

Araceli Segarra, que es una excelente comunicadora y además tiene un especial encanto personal que no pasa desapercibido a la hora de transmitir su mensaje, explicó que, "desde el momento en que sueñas con un proyecto tienes que pensar que habrá momentos difíciles, en los que pienses en dejarlo, pero ten seguro que cuando llegues arriba, a tu cumbre, empezarás ya a plantearte nuevos retos. Y Ésta es la mejor forma de no envejecer".

Y para finalizar, un consejo. "Todos perseguimos un sueño, cada uno a nuestra manera, pero tenemos que saber encontrar cuál es nuestra herramienta particular para conseguirlo, y con él la felicidad; tanto en el trabajo, como en las aficiones o en la familia". Toda una lección magistral.

Más información página 38

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