Las consideradas vecinas más antiguas de Oviedo, las monjas benedictinas del Monasterio de San Pelayo volvieron a completar aforo este año con sus jornadas de puertas abiertas, para invitar a los ciudadanos a conocer sus instalaciones y disfrutar de sus cantos: de vísperas y completas. A las siete y media, la comunidad benedictina permitió visitar libremente la iglesia, abriendo el coro y el claustrillo, con unos arcos románicos datados en el año 1053 y restos arqueológicos románicos y góticos. Después se dirigieron al coro y ofrecieron al público las completas, la última oración del día de la comunidad, con salmos y diversos textos cantados.