Asturias ha registrado en los últimos años un sorprendente aumento de los casos de salmonela y el Gobierno regional está investigando las causas. Según ha podido saber LA NUEVA ESPAÑA, las sospechas de la Consejería de Sanidad se focalizan sobre una granja de grandes dimensiones de fuera de la región, que surte de huevos a numerosos establecimientos asturianos pertenecientes al sector alimentario.
No existe constancia de que este incremento de la cifra de infecciones -particularmente reseñable durante los meses de verano y disperso por toda la geografía asturiana- haya ocasionado muertes, pero sí varias hospitalizaciones. En todo caso, la Administración sanitaria considera que la situación es "preocupante", según indicaron a este periódico varios médicos que conocen de cerca el problema. Se da por sentado que muchos otros afectados, debido a la levedad de los signos, ni siquiera han llegado a acudir al médico.
Los principales síntomas producidos por la bacteria de la salmonela son fiebre, diarrea, cólicos abdominales y dolor de cabeza, entre otros. Suelen durar entre pocos días y una semana. El diagnóstico se realiza con una prueba de heces. Los tests efectuados en los centros sanitarios han desvelado el aumento de la frecuencia de un determinado tipo de cepa, y un incremento más leve de otras cepas de salmonela.
Al no tratarse de un conjunto apreciable de casos relacionados, no puede hablarse propiamente de un brote. Sin embargo, las autoridades sanitarias sostienen que la persistencia en el tiempo del aumento de afectados hacía necesario acometer una investigación. Los técnicos del Principado han centrado sus pesquisas en una granja de la mitad sur del país que suministra de huevos, gallinas y pollos a un volumen considerable de tiendas de comestibles de la región. Todo apunta a que, por el momento, la labor de inspección no ha arrojado pruebas concluyentes. Con todo, las indagaciones siguen adelante, pues las sospechas siguen en pie.
En los últimos años, a causa de las exigencias de seguridad impuestas por la legislación de la Unión Europea, muchos productores se vieron obligados cerrar sus plantas y, en consecuencia, la distribución de huevos en España se ha concentrado en un puñado de empresas de gran tamaño y enorme producción que abastecen a superficies de todo el territorio nacional.
Estas mismas exigencias han propiciado, tanto en Asturias como en el resto del país, una caída del número de casos salmonela. Una tendencia a la baja que se ha visto parcialmente interrumpida en los últimos tiempos.
