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Una noche de patrullas y copas

"Este operativo será por los Premios", dicen alarmados los vecinos

Una operación policial en tres locales de ocio se salda con varias actas por la presencia de menores de 16 años después de las 22.30 horas y tres detenciones

"Meca, chaval. Como se enteren mis padres verás qué movida. Cumplo 16 dentro de seis meses y me van a pillar justo hoy y a estas horas en la disco. Vaya cagada". Un crío se lamentó sin parar dentro de un local de ocio nocturno de la calle El Peso hacia las 23.15 horas de la noche del sábado al domingo. Alternó las quejas con la repetición de sus datos personales a un policía. Nombre, apellidos, DNI, lugar y fecha de nacimiento, domicilio y teléfono. El agente le entregó una hoja amarilla, un acta previa al levantamiento de un expediente administrativo al local de copas. "Se realiza control del establecimiento hostelero localizando en el interior al menor reseñado e informándole de que debe abandonar el local". Los amigos le abrazaron a la salida. "Venga tío. No pasa nada. En medio año lo solucionas". La normativa establece que los menores de 16 años no pueden permanecer en una discoteca o bar más allá de las 22.30 horas los viernes, sábados y vísperas de festivos. El resto de semana a las 22 horas. El chaval y unos cuantos más se fueron a casa con las orejas gachas mientras una veintena de agentes del Cuerpo Nacional de Policía y de la Policía Local seguían la ronda. El propietario asistió en silencio a la operación. La discoteca, previamente desalojada, recuperó su ritmo normal. Fue una intervención especial y distinta a las llamadas "antibotellón".

Tres detenidos en un bar del Milán (dos por resistencia a la autoridad y el tercero por encontrarse en busca y captura) y varias actas levantadas en una discoteca del casco antiguo por la presencia de menores de 16 años fuera del horario permitido. Ese fue el resultado del trabajo conjunto que la Policía Local y la Nacional hicieron en tres locales de copas y ocio nocturno en respuesta a la demanda de los vecinos, que denuncian habitualmente la venta de alcohol a chavales que no han cumplido los 18 años, el trapicheo de drogas y armas blancas, y el incumplimiento del horario de cierre. La operación, que forma parte de un futuro plan periódico de control, se desarrolló en las calles del Peso, Jesús e Isla de Cuba, esta última en el barrio del Milán. Participaron 24 agentes (14 del Cuerpo Nacional de Policía y 10 locales) y dos perros adiestrados en la detección de sustancias estupefacientes.

"¡Mierdas! ¡Que sois unos mierdas!". Un adolescente gritó a los policías al cruzar la plaza del Ayuntamiento poco después de la primera intervención. Allí había aparcados ocho coches, cuatro de la Policía Local y cuatro de la Nacional, uno de ellos de la unidad de guías caninos. Le salió caro el insulto porque le llamaron al orden contra la pared y comprobaron si llevaba droga encima. El grupo que le acompañaba se quedó atrás mirando la escena y alzando la voz para decir que no había hecho nada. Finalmente le pusieron una sanción administrativa por desacato. Bueno, a él no, a sus padres o tutores como responsables subsidiarios.

La Policía no encontró droga en los bolsillos, pero minutos antes, en la entrada de la discoteca y en el suelo, los perros adiestrados se detuvieron varias veces.

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