Fernando tiene 47 años y lleva cuatro acudiendo a diario a la Cocina Económica, desde que se le acabó el paro. Asegura que todos los días come "como en casa", pero ayer iba frotándose el estómago por la calle San Vicente como si con esas friegas pudiese acelerar la digestión. "Hoy me he pasado un poco, pero el menú estaba buenísimo y no podía dejar nada en el plato", explicaba sin parar de frotarse la barriga. Y es que los usuarios de la Cocina Económica se pusieron ayer las botas gracias a la solidaridad de la Asociación de Hostelería y Turismo de Asturias (Otea) y a la empresa Makro, que un año más donaron los productos necesarios para que los más desfavorecidos de la ciudad pudiesen disfrutar con el menú del Desarme. En total se repartieron más de doscientos menús elaborados con veinte kilos de garbanzos, cuarenta de espinacas, quince de bacalao y cuarenta de callos para el segundo plato. "Hemos donado todo lo que nos han solicitado los responsables de la Cocina Económica", asegura Manuel de Dios, representante de Makro.

A eso de la una de la tarde, Sor Esperanza Romero y su equipo de cocineros y voluntarios ultimaban los detalles para comenzar a servir el Desarme. "Todos los días vienen entre 150 y 200 personas, por eso hemos preparado para hoy (por ayer) ese número de raciones", explica. Según señala la religiosa, el número de usuarios de la Cocina Económica ha crecido en los últimos meses. "Habíamos notado una mejora, pero últimamente ha vuelto a subir la afluencia", afirma. Sor Esperanza asegura que el perfil de los comensales es variado, aunque cada vez hay más personas "jubiladas y con pensiones de cuatrocientos euros que si pagan la casa no tienen para comer". No obstante, también acuden a la Cocina Económica "inmigrantes, personas con adicciones, parados, enfermos mentales...".

Aunque ayer había un menú especial y con una buena dosis de calorías, Sor Esperanza sostiene que en la Cocina Económica "se come bien todos los días". Según afirma, "Oviedo es una ciudad muy solidaria y gracias a Dios siempre tenemos alimentos suficientes como para que nadie pase hambre". Es más, "a veces creo que les damos demasiado y eso tampoco es bueno", recalca.

El presidente de Otea, José Luis Álvarez Almeida, quiso resaltar la importancia de la iniciativa. "Es sin duda la acción más bonita que hace Otea. Con este acto lo único que pretendemos es devolverle a la sociedad lo que la sociedad nos da todos los días", asegura Álvarez Almeida, que ayer estuvo acompañado por el cofrade mayor de la Cofradía del Desarme. Miguel Ángel de Dios. Quien no asistió al acto fue el concejal de Economía y Empleo, Rubén Rosón, que según Almeida no acudió "por motivos de agenda". El presidente de Otea agradeció el apoyo del Consistorio para la promoción del menú del Desarme, pero dejó claro que el Ayuntamiento no tomó parte en la acción de ayer. "Esto es una cosa de Otea, la verdad es que para esto no los necesitamos", dice Almeida.

El presidente de Otea -criticado por algunos hosteleros por promocionar el menú del desarme para el pasado fin de semana- valoró positivamente la iniciativa. "Normalmente se promociona para el fin de semana siguiente, pero este año, como coincide con los Premios Princesa, lo hicimos antes. Ya se han servido muchos menús, estamos llenos para el miércoles (mañana) y habrá gente que sirva Desarme el fin de semana. Creo que ha sido un buen año para la hostelería en este sentido", mantiene.