"El hecho ocurrió ayer, a las tres de la tarde, en plena calle Uría. El hecho fue que unos gamberrísimos -por fuerza hay que emplear el aumentativo- tendieron una cuerda desde la columna existente dentro de la acera, a la altura de la casa número 27 de 1a

principal vía ciudadana, a la rueda del carro de una lechera, aparcado junto al bordillo. Una cuerda bien atada, bien tirante en la que tropezó un pobre señor que caminaba ajeno a la salvajada”.