Cada año se invita a unas 65.000 mujeres asturianas a someterse a una mamografía en el marco del programa de cribado de cáncer de mama que el Servicio de Salud del Principado (Sespa) puso en marcha hace 25 años. Según la Administración sanitaria, estas pruebas "constituyen la medida más eficaz para la detección temprana de los tumores". El programa se dirige a mujeres de 50 a 69 años. Al llamamiento acuden, como promedio, ocho de cada diez convocadas. Otras disponen de opciones de prevención alternativas.

El programa de cribado detecta entre 150 y 170 casos al año, lo que se traduce en tres supuestos cada 1.000 mujeres. Un 70 por ciento no presenta afectación ganglionar, entre un 30 y un 40 por ciento de los tumores son menores de 10 milímetros, y entre un 60 y un 70 por ciento se diagnostica en fases tempranas.