En una de las mesas pequeñas de un restaurante del entorno de la Gesta, como aislados del resto de la sala, una pareja se acariciaba ayer las manos sorteando platos y cubiertos. Ella sonreía y a él se le caía la baba, se les veía enamorados. Y es que se trataba de día especial. Era el cumpleaños de ella, Laura Acuña, con la que él, Rubén Velasco, lleva casado 14 años. Desde entonces, cada 19 de octubre hay regalos y detalles románticos, pero también se respeta una especie de "tradición particular" que siempre han compartido como buenos ovetenses: comer juntos el menú del Desarme. "No hay año que no salgamos a un restaurante para celebrarlo, para nosotros es un día especial y esperamos que lo siga siendo por mucho tiempo", explica Laura Acuña.

Lo cierto es que entre las muchas virtudes de los garbanzos con bacalao y espinacas no se encuentra la de ser un plato especialmente romántico. Tampoco los callos que se sirven de segundo se acompañan con fresas y nata, pero todo eso junto, con un poco de arroz con leche, enamora a los ovetenses. El día del Desarme no hay carbayón que se precie que no se las arregle para juntarse con los amigos de toda la vida o para comer en familia. "Estoy aquí con mi hermana y con mis dos primas, a todas nos gusta mucho el menú y también comerlo juntas hablando de nuestras cosas. La comida de hoy es algo muy familiar y una oportunidad para reunirse", explica Faly Fernández. "Encima después iremos a dar una vuelta por el centro a ver si vemos a algún famoso que venga a la entrega de los Premios", añade su prima Mercedes Fernández.

En otro local cercano a la plaza de la Gesta, había mesa para dieciocho amigos. Lorenzo Ramos, Javier Santos, Ignacio Cuesta, José Serín... Así hasta docena y media de hombres y mujeres que llevan casi medio siglo reuniéndose para disfrutar de la comida el día del Desarme. "Nos conocemos hace cincuenta años. De la universidad, de vivir en la misma zona... somos amigos de los de verdad y nunca nos perdemos esta cita", explica Ramos. Casi no habían terminado la comida y alguno ya entonaba bajito para ir cogiendo el ritmo. "Después de acabar cantamos y hacemos una buena sobremesa", asegura. Mientras tanto, el propietario del negocio, Quino Álvarez, hace balance. "Nosotros siempre respetamos la tradición, sólo servimos Desarme a partir del día 19 de octubre, nunca antes. No obstante nos va muy bien, hoy podíamos haber doblado pero no tenemos más sitio y tenemos lleno hasta el sábado", afirma Álvarez. No obstante, hubo quien siguió las recomendaciones de la Asociación de Hostelería y Turismo de Asturias (Otea) -criticadas por algunos hosteleros locales- y comenzó a servir desarme el pasado fin de semana. "Entre todos los días calculo que vamos a vender unos 200 menús", sostiene Emi Fernández, la jefa de cocina de otro restaurante ovetense. Manuel Solís, Lin, es de los más puristas. "Aquí ponemos el menú sólo el día 19 y siempre estamos a tope porque la clientela es muy fiel. Como mucho serviremos algún plato mañana (por hoy) si alguien lo pide", afirma.

Pues clientes no le van a faltar, porque también vienen de fuera de Asturias. Es el caso del catalán Diego Hernández, que ayer aprovechó su estancia en la capital del Principado para degustar el plato típico ovetense. "Es la primera vez que lo como y está buenísimo, la verdad", explicaba mientras compartía mesa con un compañero de trabajo, el asturiano Ricardo Sanz, que fue quien le invitó al Desarme antes de su vuelo de vuelta a Barcelona. "Es un plato contundente, la cuenta para ir durmiendo en el avión", decía con un plato de callos delante. Las integrantes de una nutrida pandilla de amigas que se autodenominan el grupo "Pa un día que salimos" quedaron ayer en el restaurante de un hotel la calle San Francisco. "Todas tenemos nuestras familias y es difícil juntarse, pero llevamos años comiendo juntas el día del Desarme", subraya Lujan Fernández. Y es que ayer hubo muchos empachos de cariño y amistad.