Elena FERNÁNDEZ-PELLO

Un andamio empieza a ascender por la fachada de la iglesia de San Isidoro el Real, en la plaza de la Constitución. El párroco, José Luis Alonso Tuñón, explica que desde él los operarios trabajarán "grapando" la piedra, para asentarla y consolidarla. "La parte labrada está erosionada, la parte lisa no se ve tan deteriorada", comenta. En cualquier caso, subraya, la intervención será absolutamente respetuosa con el edificio.

Los trámites para llevar a cabo esta actuación comenzaron el pasado mes de junio, según Alonso Tuñón, y no son consecuencia directa del desprendimiento de algunos cascotes del edificio, acontecido el pasado septiembre. A principios de ese mes los bomberos intervinieron para retirar los elementos que habían caído a la calle desde la fachada. Los bomberos actuaron para evitar el riesgo para los viandantes, en una zona muy concurrida, por la ubicación de la oficina turística, en la misma plaza, y la cercanía de la Catedral y el mercado del Fontán.

Los trabajos de instalación del andamiaje fueron interrumpidos durante el día de ayer, por la restricciones impuestas por motivos de seguridad y organización del tráfico con motivo de la celebración de la ceremonia de entrega de los premios "Princesa de Asturias", en el teatro Campoamor.

La iglesia fue construida entre los años 1616 y 1681, con destino a la Compañía de Jesús y fue reconvertida en parroquia de San Isidoro el Real en 1769.

En 1997, la Consejería de Cultura llevó a cabo importantes obras de rehabilitación y limpieza de la fachada del edificio, en las que invirtió 44 millones de euros.

Por aquel entonces, un análisis de los materiales encomendado a un equipo de geólogos de la Universidad de Oviedo confirmó que el deterioro de la iglesia era muy avanzado. Requirió una intervención compleja que duró seis meses y que fue más allá de una limpieza industrial o rutinaria.

En el año 2003 la rehabilitación del retablo de la capilla de Nuestra Señora de los Dolores, en el interior de la iglesia, sacó a la luz las pinturas oscurecidas por el humo de las velas y la suciedad.

Entre las joyas que guarda el templo está órgano romántico, de estética barroca, que la Catedral donó en el XVIII a la parroquia y que fue restaurado en el año 2011.