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La intervención en la gran zona verde del centro urbano

Los usuarios del Campo demandan limpieza, conservación y menos tráfico en el entorno

Disminuir la polución y la inseguridad en los accesos al parque interesa más a los ciudadanos que la posibilidad de ampliar sus espacios

Los peatones cuzan por el paso que conduce a través de la calle Conde de Toreno hacia el paseo de los Álamos, ayer por la mañana. MIKI LÓPEZ

Alicia Iglesias creció jugando en el Campo San Francisco con sus cinco hermanos y ahora acompaña a su nieta -con la que, por cierto, comparte nombre- siempre que viene a visitarla. La mujer conoce el parque al dedillo y está orgullosa de él: "Esto es un pulmón que tiene poca gente en España". Como muchos otros ciudadanos agradecería que se "despejase de tráfico" su entorno, tanto para evitar la contaminación como por la seguridad de los peatones, y otra de sus preocupaciones, igualmente compartida con buena parte de sus vecinos, es la de la limpieza y el buen mantenimiento del parque.

Ahora que el Campo San Francisco está en el punto de mira de políticos y urbanistas, con el debate abierto sobre cómo debe articularse en la trama ciudadana, los ovetenses de a pie también opinan. Manifiestan más interés por conservar los elementos singulares que hay en su interior que por una posible ampliación hacia las calles Santa Susana y Conde de Toreno y echan de menos recursos para su conservación.

La mayoría de las personas consultadas por LA NUEVA ESPAÑA está de acuerdo en alejar el tráfico del Campo, lo que no tiene tan claro es cómo hacerlo. Quizás suprimiendo el tráfico en la calle Marqués de Santa Cruz, como sugería hace unos días el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Oviedo, Ignacio Fernández del Páramo (Somos), o habilitando bulevares y haciendo que los coches circulen en una sola dirección como han plantado algunos arquitectos.

Ana Álvarez se paseaba ayer por el Bombé. A pesar de su silla de ruedas el parque le resulta "cómodo", gracias a las rampas que hay en él. Admite que le gustaría disfrutar del Campo con un entorno liberado de coches. "Estaría bien eliminarlos", reflexionó, aunque puntualizando que más para reducir la contaminación que por seguridad. Más preocupada por ésta última se mostraba Mina Álvarez. Pasa de los ochenta años y vive en las proximidades del Campo y, de vez en cuando, le gusta sentarse en el paseo de los Álamos o dar una caminata por sus senderos. Ayer explicaba que, aunque siempre va acompañada, se pone nerviosa cada vez que tiene que cruzar Toreno, por la velocidad a la que circulan los vehículos y lo apretados que llegan y salen de los semáforos. "Yo camino muy despacio, y tengo que acelerar el paso", reconoció.

A la entrada de la residencia de ancianos que hay en la calle Santa Susana se comentaba que en los pasos de cebra no es raro llevarse algún susto con los coches. Afortunadamente, nadie recuerda ningún atropello ni incidente grave en esa calle en los últimos años.

En el entorno del Campo el accidente reciente más grave es el que se produjo en la Nochebuena de 2014, cuando un conductor atropelló a siete personas en la isleta peatonal que hay en medio del paso de peatones que conduce de la plaza de La Escandalera al paseo de los Álamos.

Los peatones son los grandes damnificados de los accidentes en torno al Campo

El pasado mes de septiembre una mujer de mediana edad fue atropellada en el paso de cebra que hay en la calle Santa Susana, a la altura de la plaza de España, y acabó en el hospital con un traumatismo craneal y en estado crítico. En 2014, una mujer de 77 años resultó herida grave al ser atropellada cuando cruzaba el paso de cebra que va de Santa Susana hacia Conde de Toreno, frente a la sede de la Unión General de Trabajadores de Asturias.

A principios de este mes un autobús atropelló a un hombre en la calle Marqués de Santa Cruz.

En el año 2011, un chaval de 16 años resultó herido en otro accidente en la calle Toreno.

Con cierta frecuencia, las calles que circundan el Campo San Francisco son escenario de accidentes de circulación en los que los peatones resultan los mayores damnificados.

Enrique Cepa del Valle ha cruzado durante décadas el parque a diario para ir a trabajar desde su casa en la plaza de América hasta la calle Fruela. "A mí el tráfico no me estorba, pero si yo tuviera mando haría como en Venecia, que no pasa ni un coche a partir de la plaza de Roma", argumentaba ayer. Haría un aparcamiento en las afueras de modo que por el casco urbano solo pudieran circular autobuses públicos, taxis y vehículos de emergencias como las ambulancias.

A él, que cuenta que frecuenta el Campo San Francisco desde hace cincuenta años, más que el tráfico le molesta lo que el define como "abandono total". "Este es el jardín que tengo y lo pago con mis impuestos", afirmaba ayer, señalando el quiosco del Bombé, andamiado y sin arreglar desde hace ya años -ayer, además, alguien había abierto el vallado que lo circunda-. Se quejaba además de las papeleras rotas, las farolas a medio gas y el pavimento agrietado del paseo, donde disfrutaba de la tarde charlando con una amigo que a los razonamientos de Enrique Cepa del Valle añadía que "el Campo está desaprovechado, apenas hay gente, y debería haberla en un parque que está en el centro de una ciudad que tiene 220.000 habitantes".

No es el único que reconoce cierto desinterés por parte de los ciudadanos en preservar el parque más céntrico de Oviedo. Alicia Iglesias reparaba ayer en que en los últimos tiempos ve "mucha suciedad" y de ella responsabiliza a los propios usuarios. Por otra parte, cuando llegue el momento a ella le parece que no estaría de más ampliar la zona de juegos infantiles que, según contó, cada vez está más concurrida.

Cepa del Valle fue categórico: "El Campo está en estado ruinoso", y antes de pensar en ampliarlo, en hacer nuevas construcciones o paseos o en introducir animales en él hay que "conservar lo que ya hay".

Joana Salas opina desapasionadamente sobre el Campo. Empezó a trabajar ayer mismo atendiendo el bar del estanque y en su primera jornada laboral llegó a la conclusión de que estos días "está muy sucio". Aunque no lo había frecuentado mucho para ella es un "parque muy bonito" y cree que lo mejor es "dejarlo como está".

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