El Ayuntamiento de Oviedo ha convocado para mañana viernes al consejo de administración de Cinturón Verde para proceder a la liquidación de la empresa. La última reunión de la sociedad, que será presidida por el edil del PP Gerardo Antuña, llega después de una agria polémica durante este verano que llevó al alcalde, Wenceslao López (PSOE), a amenazar a Antuña con llevarlo a los tribunales si no convocaba el consejo liquidador de la sociedad. Y es que Antuña aseguraba que había dimitido de su cargo una vez que el PP perdió la Alcaldía tras los comicios de mayo de 2015, ya que la presidencia de Cinturón Verde suele recaer en el concejal de Economía. Extremo que pasó inadvertido en el seno del tripartito.

Cinturón Verde fue una sociedad de capital público -Ayuntamiento, Principado y Estado- que se creó en los años noventa del siglo pasado para soterrar las vías del tren que partían en dos a varios barrios de la ciudad. De Cinturón Verde, que en la actualidad cuenta con cuatro trabajadores que pasarán a formar parte de la plantilla municipal, surgieron proyectos con la Losa que cubre las vías de la estación de Renfe de Uría, o la cubrición de los talleres de Feve en Vallobín (ahora plaza Ángel González).

Además, Cinturón Verde promovió la construcción de miles de plazas de aparcamiento en once garajes subterráneos repartidos por casi toda la ciudad. La operación dejó una deuda, que ha sido asumida por el Ayuntamiento, de 33 millones de euros. El problema fue que la venta de las plazas resultó un fracaso, ya que el municipio todavía tiene en cartera unas tres mil plazas. Al año se venden menos de una docena.