Tal y como habían anunciado la semana pasada, los trabajadores de La Auxiliar de Recaudación, la empresa que gestiona el cobro de los tributos en el Ayuntamiento de Oviedo y que previsiblemente dejará de hacerlo el uno de enero, cuando entre en funcionamiento el nuevo servicio remunicipalizado, comenzaron ayer una huelga con servicios mínimos. La protesta, de momento, se prolongará hasta el viernes a las tres de la tarde aunque podría alargarse una semana más.

En la primera jornada de huelga, los plazos y las colas para pagar una multa o la contribución llegaron en ocasiones a retrasarse hasta dos horas, aunque buena parte de los ciudadanos que se aproximaron ayer al pasaje de la calle Palacio Valdés daban la vuelta al comprobar que la gestión que venían a hacer no se podía desarrollar allí. La falta de personal por los servicios mínimos impide gestionar el pago fraccionado o ha obligado a anular el registro auxiliar.

En todo caso, la mayoría de los usuarios consultados ayer por LA NUEVA ESPAÑA mostraron su apoyo a los trabajadores y, aunque respaldaban también la remunicipalización del servicio, hacían suyas las exigencias de los empleados de La Auxiliar de que el tripartito busque un acomodo legal en el nuevo servicio a la plantilla actual que "llevan aquí desde que lo inventaron", como declaraba uno de los usuarios. Mientras en el interior se acumulaban los usuarios, en el exterior de las oficinas los trabajadores en huelga mantenían una movilización con una pancarta y repartían hojas informativas: "Sean valientes y paren esto antes de que sea demasiado tarde, y una vez más, como tantas, el ciudadano pague los platos rotos de sus caprichos políticos". Sus acciones se repetirán todos los días y mañana miércoles presentarán en el registro municipal más de seis mil firmas en apoyo a sus peticiones, que pasan por abrir una vía de diálogo con el tripartito y buscar fórmulas legales que les permitan conservar sus empleos con el nuevo servicio municipalizado.

Uno de los portavoces de los trabajadores de La Auxiliar, Ángel Fernández, exponía ayer la situación en la que se encuentran y aprovechaba para acusar al concejal Rubén Rosón de realizar un ejercicio de "cinismo desvergonzado" por sus declaraciones ante el anuncio del paro, cuando manifestó que si los trabajadores tenían algún problema con su empresa estaría a su lado con la pancarta apoyándoles, en alusión a la imposibilidad de que un servicio municipal externalizado se ponga en huelga.

Por otra parte, el Partido Popular terció ayer en la polémica de Recaudación exigiendo al equipo de Gobierno que tome "medidas urgentes" que den respuesta al servicio. El concejal popular Gerardo Antuña destacó que "nunca hubo ningún informe técnico que avalase la remunicipalización de la oficina de recaudación" y apuntó a la "falta de rigor" y a la "nula gestión" del actual equipo de gobierno como causantes del "caos que ahora vive el servicio de recaudación", zanjó el edil del PP.