Botella medio llena o botella medio vacía, el aspecto que presentaban los presupuestos municipales para 2017 a última hora de ayer, tras cuatro horas de reunión entre los socios de gobierno del Ayuntamiento de Oviedo, no dependían tanto del optimismo o pesimismo del concejal de Economía, Rubén Rosón, como de la ingeniería financiera que permita "torear" la ley Montoro de estabilidad presupuestaria y evitar que el año que viene haya que recortar cuatro millones en gastos y subvenciones.

Al revés, la botella medio llena del presupuesto ovetense presenta unas cuentas que podrían llegar a ser las mayores de la historia local (sin contar las modificaciones de planes E de Zapatero), que prevén un aumento de cuatro millones en ingresos corrientes, cuatro millones más en gasto y seis millones más en subvenciones. En ese mundo ideal, el área social dispondría de un millón de euros más que el año pasado, las becas comedor se podrían incrementar en un diez por ciento, el área de Empleo contaría con dos millones para convocatorias de empleo, el área de Atención a las personas podría desarrollar un nuevo proyecto de conciliación sociolaboral en las aulas de 300.000 euros e Infraestructuras desplegaría todas las mejoras de caminos, pavimentos y zonas verdes de nuevos espacios urbanizados .

Sin embargo, el tripartito no quiere hacerse "cuentas" de la lechera. El problema es el pago de los intereses de la deuda de Villa Magdalena y del Calatrava. Suman en total casi 14 millones de euros y todo depende del capítulo presupuestario en el que haya que meter ese concepto. Si tuviera que ir con el pago habitual de los intereses de la deuda municipal, esa que se va pagando cada año, tendría que ir al capítulo 3 de gasto, y en aplicación de la ley de estabilidad presupuestaria del ministro Montoro, al tener un ahorro neto negativo todo el dinero que hay no puede utilizarse para incrementar el gasto corriente, tiene que destinarse al pago de deuda.

"Tenemos el dinero", razona Rubén Rosón, "ingresamos más de lo que vamos a gastar, pero Montoro nos impide por la ley de estabilidad presupuestaria a aumentar el gasto, siendo absurdo en un Ayuntamiento como éste que lleva cinco años con un superavit de entre 20 y 30 millones, que económicamente está muy bien". La conclusión es que si el tripartito no logra aplicar una "ingeniería" en las cuentas que les permita "torear" las restricciones de la ley, "habrá recortes por culpa de la ley Montoro", concluye Rosón.

La otra posibilidad es que los intereses de la deuda de Villa Magdalena y del Calatrava, vayan asociados al pago principal de la deuda de esas dos sentencias judiciales, que está incluido en el capítulo de inversiones. Los técnicos municipales estudian ahora si esa posibilidad es viable legalmente. El equipo de Gobierno espera tener la respuesta este mismo viernes, día en que resolverá si la botella da para varias rondas más en todas las áreas o si tienen que decir adiós a esos diez millones más de gastos y recortar otros cuatro respecto al año pasado.