Cuando buena parte del equipo de Gobierno daba por perdida la batalla para evitar que las deudas de Villa Magdalena y el Calatrava condicionaran los presupuestos de 2017 y obligaran a efectuar recortes de cuatro millones de euros respecto al año pasado, el concejal de Economía, Rubén Rosón, y la primera teniente de alcaldía, Ana Taboada, dieron ayer con una solución que atenúa el secuestro de las cuentas municipales a manos de las recientes sentencias judiciales. La clave está en que en el caso del Palacio de Congresos de Buenavista la sentencia no es firme, y por tanto, tal y como indica la ley de Haciendas locales, no hay obligación de hacerla constar en los presupuestos mientras no sea líquida y exigible. Al sacar el Calatrava de los presupuestos, el tripartito se ahorra 3,2 millones de los intereses en el capítulo de gastos, y el dinero restante lo compensará con un millón que Economía ha mandado ejecutar ya del fondo de contingencia.

El resultado, en palabras de los dos ediles de Somos, es que no habrá recortes, se podrá seguir adelante con las políticas sociales y el gobierno municipal no asumirá, de esta forma, los pufos dejados por el Partido Popular. Con el acuerdo presupuestario prácticamente cerrado en el plano político, los socios de gobierno han aplazado la escenificación del acuerdo al próximo lunes. Rosón indicó que confía en poder aprobar incialmente las cuentas a finales de año o principios del próximo y tener el presupuesto aprobado definitivamente en el mes de febrero.

Aunque Taboada y Rosón ofrecieron detalles sobre su solución a primera hora de la tarde, tras la reunión con el resto de sus socios, la primera teniente de alcaldía había adelantado un giro en los presupuestos durante una rueda de prensa por la mañana, en la que afirmó que era posible evitar el recorte presupuestario. Taboada daba, así, un tirón de orejas al Alcalde, que el día anterior había afirmado que no era posible legalmente evitar estos intereses y que no les quedaba más remedio que gestionar "los marrones que otros han dejado". "No hemos venido aquí a gestionar pufos de otros", zanjó Taboada por la mañana.