Fueron tantos los apoyos que recibió tras el fallecimiento de su marido que Maikel Acosta quiso devolver ese cariño por escrito a través de LA NUEVA ESPAÑA, con una emotiva carta.quiso devolver ese cariño por escrito a través de LA NUEVA ESPAÑA, con una emotiva carta La pareja del dueño del Brighton Bar, que murió el pasado martes a los 40 años a consecuencia de un infarto, también aprovecha en su misiva para plasmar el amor que sentía por Rubén Suárez Álvarez, "un hombre diferente" que llegó a su vida "como se llegaba antes, a la antigua, sin que mediaran redes sociales ni de ningún tipo".

La muerte de Rubén Suárez provocó un gran impacto en Oviedo. El hostelero era muy conocido y el gran número de personas que acudieron al tanatorio de Los Arenales para darle el último adiós pone de manifiesto que deja muchos amigos en la ciudad. "Estamos hechos polvo. Era una persona mediadora, conciliadora y muy amiga de sus amigos", decía uno de sus allegados en el velatorio. Todo su entorno asegura que el hostelero había conseguido hacer de los clientes de su local "una gran familia" gracias a su carisma y a su positiva filosofía de la vida. "Siempre estaba feliz. Hacía que te sintieses como en casa", aseguraba otro de sus amigos el pasado miércoles. "Era su sonrisa lo que más me enamoraba", refleja su marido en la carta.

Rubén Suárez había anunciado el traspaso de su local. En enero tenía previsto mudarse a Estados Unidos porque a su marido, que tiene un doctorado en Biología, le han concedido una beca de investigación en la Universidad de Harvard. "Es muy duro saber que ya no está", lamenta Maikel Acosta.