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La música tiene futuro

"La Castalia" reúne en un homenaje a Antón García Abril a tres generaciones de compositores; los más jóvenes, los asturianos Gabriel Ordás y Guillermo Martínez

Guillermo Martínez, a la izquierda, y Gabriel Ordás, esta semana, en el vestíbulo de la planta superior del Auditorio. PABLO PARIENTE

Guillermo Martínez tiene 33 años y Gabriel Ordás ha cumplido esta misma semana los 17. Ambos estrenan obras en el concierto en homenaje al compositor Antón García Abril, con el que el próximo domingo, en el Auditorio, la asociación "La Castalia" clausura su curso anual de canto, patrocinado, entre otros, por LA NUEVA ESPAÑA. García Abril ha confirmado su asistencia a un recital en el que se reunirán tres generaciones de artistas, los más jóvenes, asturianos.

Martínez y Ordás hablan del maestro con devoción. "Es un genio brillante y con un inagotable caudal creador", le alaba el primero. Para Ordás, mucho más joven, este concierto le ha dado la oportunidad de descubrir una obra que le resulta más lejana. "Es un honor compartir asiento y estreno con él", dice conmovido.

Este homenaje les ha servido para conocerse. De Ordás, Guillermo Martínez sostiene que es un "compositor con una solvencia técnica y estética impropia de su edad" y opina que los creadores siempre han de "preservar los mundos ingenuos y la pureza de espíritu de la infancia", en la que su compañero no hace mucho que aún vivía. Ordás cuenta que su primer encuentro con Martínez fue una salida de tono en un ensayo y afirma que de su música admira cómo da "la sensación de que va del corazón al corazón".

Gabriel Ordás llegará en unos años a una encrucijada. De momento, tiene por delante una carrera universitaria que pretende seguir en Oviedo y sus estudios en el Conservatorio pero pronto tendrá que decidir si se encamina hacia América, siguiendo los pasos de otro asturiano compositor, Jorge Muñiz, con el que mantiene una buena relación, o se dirige hacia Europa, donde reinan las vanguardias.

Coinciden con su maestro, García Abril, que hablaba de ello en una entrevista en LA NUEVA ESPAÑA, en que hay mucho por hacer en educación musical. "La música es tan valiosa como las matemáticas", afirma Ordás, "pero tal y como se enseña ni siquiera se intuye lo que hay detrás de ella".

Martínez y Ordás van por el mismo camino aunque están en distintas etapas. El veterano habla de lo importante que es que la música quede registrada en grabaciones, que se edite en partituras y que se interprete. Él acaba de firmar con un sello holandés trece grabaciones. Hay un esfuerzo de promoción que resta tiempo para la creación. Las dificultades de Ordás provienen de todas sus obligaciones académicas. "Si algo pido para mí es tiempo para componer", declara.

La música para ambos es irrenunciable. No imaginan su futuro sin ella. "Siento mi vocación como algo mágico", afirma Martínez, que el domingo estrenará "Fantasía", una obra para cuarteto vocal y piano con textos de Shakespeare y Xuan Bello. "La música es mi manera de ver la vida", explica Ordás, que el domingo escuchará, junto a la obra de su colega y la del maestro García Abril, su composición "A Cervantes".

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