"En el acoso escolar, muchas veces rige la ley del silencio, la víctima no tiene apoyos". Lo dijo ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA David Álvarez, profesor del departamento de Psicología de la Universidad de Oviedo, que intervendrá el próximo viernes, día 25, en la II Jornada de psicología educativa del Colegio Oficial de Psicólogos del Principado de Asturias que lleva por título "Convivencia escolar: una tarea de todos".

A la hora de analizar el origen del acoso escolar en sus múltiples manifestaciones, Álvarez estima que se trata de un problema global que, por tanto, "requiere soluciones globales". En su opinión, se dan cita un montón de variables que hacen que un alumno acabe acosando o siendo víctima. "El acoso es una situación grave de violencia severa, en la que la víctima padece agresiones variadas, es rechazada en juegos y hay un desequilibrio de poder entre las partes", señala. El fenómeno ha variado con la irrupción de las redes sociales y ahora se da un trasvase de cuestiones que van de lo real a lo virtual y viceversa, indica el profesor. En opinión de David Álvarez, los efectos del acoso escolar son muy graves tanto para la víctima como para el agresor y los testigos, "que llegan a normalizar la violencia".

Quienes sufren el acoso padecen ansiedad, depresión, autolesiones y llegan hasta el suicidio en los casos más extremos. "Además, estos problemas también terminan teniendo un impacto académico y pueden derivar en violencia de género", según Álvarez. De ahí que sea clave la prevención. "Cualquier reducción del problema para centrarlo solamente en los centros educativos es muy simplista", opina el experto.

Cuestiones como el número de alumnos por aula afectan al seguimiento de los más vulnerables. Los psicólogos consideran que el entorno familiar y comunitario puede hacer mucho por ayudar a los niños. "Tener amigos en el barrio y sentirse partícipes de las actividades son cuestiones fundamentales", asegura David Álvarez. Elena Cubero, psicóloga y coordinadora de la comisión de psicología del Colegio de Psicólogos, hizo hincapié en que en los centros educativos cada vez son más frecuentes malas respuestas, comportamientos desafiantes, los fenómenos conocidos como "bullying", "ciberbullying" o ciberacoso y conductas violentas en general. "Se plantea la duda de que si hay que intervenir con los agresores, con las víctimas o con todos a los vez", remarcó Cubero.

Otra de las cuestiones que lanzó es si la sociedad actual está preparada para manejar el espacio virtual en el que se escenifica esa violencia.

Las jornadas del colegio tratarán de incitar al análisis, al debate y a la promoción de espacios de convivencia a través del diálogo y el desarrollo de habilidades sociales, como recalcó Rebeca Cerezo, vicedecana de la Facultad de Psicología y secretaria de la comisión de psicología del Colegio, quien recalcó que, según datos de OMS, uno de cada cuatro alumnos dice haber sufrido algún tipo de agresión.