La manifestación contra las reválidas y por la derogación de la LOMCE convocada ayer por el Sindicato de Estudiantes acabó con una trifulca entre jóvenes radicales de la extrema izquierda y la extrema derecha en la plaza de España, ante la Consejería de Educación.

Según la Policía Nacional, participaron unas 300 personas que portaban pancartas con lemas como "No a las reválidas franquistas", firmada por el Sindicato de Estudiantes y enarbolaban banderas anarquistas y de la CNT. Durante el acto se produjeron momentos de tensión cuando unos veinte jóvenes vinculados a la Asociación Frente Juvenil Reconquista quisieron unirse. "La Policía nos lo impidió por llevar banderas de España. Somos patriotas y españoles", declararon a este periódico en la plaza de la Gesta, donde les condujeron los agentes para evitar conflictos.

Uno de los participantes en la manifestación, perteneciente a la extrema izquierda, profirió varios insultos, entre ellos: "Puta Policía". Y al no portar documentación, le trasladaron a dependencias policiales para identificarle. Unos treinta chavales afines se personaron allí exigiendo su libertad, pese a que pudo marcharse a los diez minutos para una posterior propuesta de sanción.

Somos Oviedo emitió un comunicado horas más tarde para defender el carácter pacífico del acto contra la LOMCE y condenar "la violencia extremista". La formación morada señaló que "un grupo radical irrumpió portando una pancarta y coreando consignas de dudosa legalidad con el claro objetivo de provocar y reventar lo que hasta ese momento era una manifestación pacífica", en clara alusión al Frente Juvenil Reconquista. Somos también reprochó a la Delegación del Gobierno su actuación, que calificó de "arbitraria" y que "estuvo muy lejos de garantizar la buena marcha de una manifestación pacífica".

El Frente Juvenil Reconquista también salió al paso negando ser de ultraderecha y haber entonado lema político alguno. Y añadió que está en contra del "tasazo que sufren las Universidades públicas por una política liberal que deja a los hijos de los obreros españoles un panorama desolador".