La Policía Local recibió un aviso inusual el martes por la tarde, a eso de las 18.15 horas. Había una cabra atada a una farola de la avenida de Torrelavega, en la Tenderina. Y parecía estar agonizando. De hecho, el interlocutor llegó a decir que el animal estaba "colgado en plena calle". Los agentes comprobaron que, aunque no colgando, la cabra estaba amarrada con fuerza a la farola con una cuerda por diversas partes de su cuerpo y era imposible que se liberase por sí sola.

Avisaron a los bomberos de Oviedo para que acudieran con un vehículo de recogida de animales y soltaron a la cabra. Los vecinos de la zona comentaron lo sucedido y la noticia llegó a oídos de la Asociación Nacional de Animales con Derechos y Libertad (Anadel), que se interesó de inmediato por la cabra y solicitó hacerse cargo de ella ya bien entrada la noche. "Estuvo a punto de morir porque la ataron fuerte a la farola, aunque afortunadamente se encuentra en buen estado", explica Elena López, de la junta directiva de esta asociación animalista. Sin embargo, la Policía Local localizó al dueño de la cabra, que aseguró que alguien le había robado el animal con un objetivo final que ni él, ni los agentes saben. Quizás, simplemete fue un acto vandálico. La representante de Anadel afirma que no es raro que periódicamente aparezcan animales atados, aunque suele ocurrir en la zona rural y no en ciudades. En buena parte de los casos se trata de reivindicaciones o protestas por los ataques de los lobos a razas de cabras como la bermeya. Por eso, su asociación reclama al Gobierno regional más vigilancia, protección de los animales y medidas duras contra la caza furtiva.