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"Tengo 15 años y si pido un vodka con lima me lo dan en casi cualquier sitio"

A eso de las ocho y media de la tarde del sábado el Rosal estaba lleno de chavales de entre 14 y 20 años que se agrupaban en la puerta de los bares. Algunos bebían cerveza o "cacharros" (combinados de alcohol) de los establecimientos y otros se montaban sus mezclas en el suelo, rodeados de bolsas de plástico. "Mira, yo te explico cómo va esto. Tengo 15 años y si pido un vodka con lima me lo dan en casi cualquier sitio". Lo contó la más habladora de un grupo de chicas capaces de explicar con pelos y señales las técnicas para conseguir una copa, pero que después le piden al redactor, "por favor, no vayas a contar todo esto porque luego viene la Policía Local y nos cierran los bares. A ver qué vamos a hacer".

Casi todos repiten el mismo truco en caso de no conseguir la copa a la primera. Si alguno de ellos tiene 18 años se encarga de ir de bar en bar en busca de alcohol y asunto arreglado. Los hosteleros niegan rotundamente darles las bebidas a los menores. Vira Ponamarenko, camarera de un local de esta calle desde hace quince años, asegura que siempre pide el DNI. "Los hay que aparentan más edad o que se arreglan para parecer mayores, pero aquí no cuela". Ella ha llamado en más de una ocasión al 112 por peleas. "A veces se ponen muy burros y se pegan. He visto de todo". Los menores suelen estar en el Rosal los sábados desde las 19.30 hasta las 23 horas aproximadamente, y los altercados más frecuentes son las peleas y los botellones.

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