Fueron las estrellas del vuelo de Iberia 0488. No es para menos. Venían exultantes después de haberse convertido en los cuartos mejores del mundo. Las chicas (42) y chicos (hay dos, Roberto Álvarez, décimo del mundo en solo y Diego) de la escuela de danza Lía regresaban a casa después de participar en Alemania en el Mundial de showdance, una disciplina tan sacrificada y espectacular como poco reconocida. "No tenemos ningún tipo de ayuda, nos lo costeamos todo nosotros y por no haber, no hay ni premio en metálico", lamenta Lía González, directora y fundadora de la escuela que ha quedado campeona de España en los dos últimos años y que ha representado al país en los mundiales, donde conquistó un tercer y un cuarto puesto.

Son la pura imagen del deporte modesto. "En realidad no estamos reconocidos como deporte, por lo que no hay federación, somos cultura", detalla. Hay tan poco reconocimiento que el año pasado no las acompañó nadie al mundial. Tienen, eso sí, que comprarse obligatoriamente el chándal de España (58 euros cada uno), pagar la inscripción del campeonato del mundo (40 euros por bailarín), pagarse el hotel y los billetes de avión y hacerse los decorados, el vestuario y crear la coreografía. Un esfuerzo tremendo que se ve recompensado con la enorme alegría con que fueron recibidos ayer por cerca de doscientas personas en el aeropuerto de Asturias, con una pancarta bien grande para que todo el mundo supiera que son unos campeones.

"Welcome to fabulous Las Vegas" Escuela de Danza Lia en el The Official IDO World Championships in Show- & Tapdance Riesa Cuarto puesto en la categoria de producciones.Enhorabuena #teamspainGrAcias a todos los q colaborasteis en nuestro sueño!! Yo estoy super orgullosa de todos nosotros!Os suuuper quiero famiLiaLia????Publicado por Escuela de Danza Lia en Lunes, 28 de noviembre de 2016

El mundial se quedó en casa: "Ganó Alemania, pero fue súper merecido. Había mucho nivel. Algunos son profesionales y yo llevo hasta niñas de diez años". Las españolas interpretaron una coreografía llamada "Welcome to fabulous Las Vegas". No faltaron Elvis y Marilyn, los crupiers del casino y hubo hasta una boda.

Para cumplir este sueño sin ayudas locales, regionales ni estatales, tuvieron que hacer de todo: "Vendimos lotería, rifas, sorteamos jamones en bares...". No hay más que verlas para darse cuenta de que son una gran familia. Por todo eso, normal que la tripulación les felicitase dos veces, invitase a Lía a presenciar el aterrizaje en la cabina y se ofreciese a traerlos el año que viene como campeones del mundo.