El próximo desafío será en Marina D'Or, localidad castellonense en la que la escuela de baile Lía luchará por revalidar el título nacional por tercer año consecutivo. La participación en el próximo mundial está en el aire. "Como hay que recaudar tanto, estamos un poco cansados. No tenemos ninguna ayuda", lamenta la responsable de la academia. En los últimos meses han vendido llaveros, camisetas y rifas. También han bailado en la calle y han hecho sorteos. Y el éxito en el mundial de Alemania no implica ninguna compensación económica.

"No estamos reconocidos como deporte, aquí no hay federación ni club. La danza es cultura, pero ni las autoridades deportivas ni las culturales se hacen cargo", puntualiza Lía González. Tan escasos son los reconocimientos que el año pasado nadie les acompañó al mundial. Son la "roja" de la danza pero, a diferencia de la del fútbol, tienen que comprarse el chándal de la selección para representar a España en los campeonatos: un desembolso de casi 60 euros a los que hay que sumar los 40 euros de la inscripción en el último torneo, los billetes de avión y el hotel. Todo corre de su cuenta. "Nos propusimos como un reto llegar hasta aquí. Empezamos a años luz de otros países y ahora es un mérito y un orgullo estar a su nivel", puntualiza Rosana Expósito.