Tomás Rodríguez Villar (Tomasín) protagonizó en 2011 una fuga de dos meses por los bosques tinetenses tras matar a su hermano, Manuel. Cuando fue detenido y conducido a los Juzgados entró en medio de los aplausos de la gente solidarizada con aquel "buen salvaje" que había decidido tomarse la justicia por su mano.

Esa ola de simpatía que creció en torno al homicida, unida a las circunstancias que rodearon una vida de penurias, despertó el interés de Eduardo Lagar, periodista y redactor jefe de LA NUEVA ESPAÑA, que en su libro "Tomasín. En lugares salvajes", presentado ayer en un abarrotado Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA, reconstruye esos meses en los que Tomasín vivió peligrosamente generando incluso alarma social ente los vecinos, que no sabían en qué modo podía reaccionar el fugitivo, "el Rambo de Tineo", como le bautizó LA NUEVA ESPAÑA, que para Lagar "es el mejor símbolo de la destrucción de una Asturias rural que ya ha quebrado".

El autor, que estuvo acompañado en la mesa por el periodista Nacho del Campo; el diputado nacional del PSOE Antonio Trevín Lombán; Luis Fernando Avilés, teniente coronel de la Guardia Civil de la Comandancia de Oviedo; Nacho Fernández, director general de Cronistar, editora del libro, y Pachi Poncela, que presentó el acto, aseguró que aunque Asturias es hoy homogénea, aún queda en algunos lugares ese "espacio exterior" con personas como Tomasín, que de sufrir las burlas de sus vecinos pasó a ser considerado una especie de héroe.

Trevín, que era delegado del Gobierno cuando se cometió el crimen, citó a Valentín Andrés para reivindicar esa figura del hombre de la montaña "que no aspira a dominar pero quiere que le dejen en su terreno, en un mundo con el sentido de comunidad ya perdido en las ciudades". El teniente coronel Avilés explicó que el caso obligó a la Guardia Civil a elaborar una cuidadosa estrategia "porque la situación fue complicada y la presión mediática grande", señaló.

Nacho del Campo se refirió a ese género conocido como "periodismo de caleya", término acuñado en LA NUEVA ESPAÑA, "que en realidad es el más universal porque interesa a todo el mundo", como indicó.

Y ese periodismo de caleya es el que ha hecho Lagar para rehacer una historia que ocurrió en Tineo, pero que podría haber sido en el desierto de Arizona. Nacho Fernández alabó el trabajo de Lagar y mostró su satisfacción por la acogida del libro en su primera semana en el mercado. Entre el público reunido ayer en el Club obviamente no estaba Tomasín, que cumple su condena, pero sí la familia de Lagar y numerosas personalidades de la vida social, cultural, periodística y política de Asturias. Al final del acto, durante el coloquio, alguien sugirió que la obra, un gran reportaje plagado de datos reales, debería ser llevada a la gran pantalla. Lagar no lo descartó. "Si ocurre tendré que llamar a Luis Tosar para que sea el protagonista", sentenció.