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Cuatro cámaras de semáforo de Oviedo multan más que 35 de Madrid

Los Juzgados de la capital empiezan a tumbar las sanciones impuestas con medios tecnológicos en el casco urbano

El "foto-rojo" instalado en la plaza de Castilla. IRMA COLLÍN

Las cámaras de control de semáforos de Oviedo, conocidas popularmente como "foto-rojos" debido a que su función es sancionar a los conductores que se saltan un semáforo, imponen más sanciones que los 35 de Madrid. Así, a lo largo de un año se suelen tramitar en la capital de España unas 17.500 denuncias empleando este sistema, según datos de su Área de Medio Ambiente y Movilidad. En el mismo periodo (2015) se registraron Oviedo 22.020 denuncias. Todo ello pese a que la población de Madrid es 14 veces superior a la de Oviedo y el número de conductores y la densidad del tráfico son también mucho mayores.

Dos de los '"foto-rojos"' de la ciudad están situados cerca de la entrada al casco urbano de los vehículos que llegan de Avilés y Gijón circulando por la A-66. Uno de ellos está colocado en la propia glorieta de la Cruz Roja y el otro en General Elorza. Estos son el segundo (7.115) y el tercer punto (3.387) donde más infracciones se cometieron a lo largo de 2015, tal y como recogen las estadísticas de la Policía Local. Solo los supera la plaza de Castilla (8.784), donde se registran el 17,37% de todos los incumplimientos en materia de seguridad vial. También en este punto hay situado una cámara de vigilancia de semáforos. El cuarto está situado en la avenida de Santander, que persigue en número de infracciones (2.952) a las localizaciones anteriores.

Mientras que en Madrid la mayoría de las multas responden a aparcamientos indebidos, en Oviedo saltarse un semáforo es la temeridad más repetida. El 40,90% de las multas que se pusieron el año pasado responden a este motivo. Un total de 21.694. Casi el triple que en 2014, cuando también ocupó el primer puesto pero con una cifra mucho más baja: 7.457.

Las sanciones impuestas por los "foto-rojos" suponen la pérdida de 4 puntos y una multa de 200 euros a la que se aplica un descuento del 50% por pronto pago. Este tipo de dispositivos se suelen colocar en lugares en los que existe una mayor tendencia a conducir a una velocidad elevada. Suelen ser, como en el caso de Oviedo, avenidas de varios carriles, vías de acceso a la ciudad o calles que circulan en sentido descendiente. Y su objetivo principal es proteger a los peatones y a otros conductores de los riesgos de colisión. Los ayuntamientos españoles valoran también la cercanía colegios, hospitales o centros de salud, que se hayan producido accidentes con anterioridad o que se hayan recibido quejas de los vecinos de la zona. Reducir los atropellos, de hecho, es uno de los objetivos más repetidos por las autoridades municipales a la hora de aumentar la vigilancia en los semáforos.

El sistema, sin embargo, ha sido muy cuestionado y acumula sentencias en contra a lo largo de todo el país. Entre ellas una del Tribunal Supremo, al que recurrió un conductor de San Sebastián y que recibió un fallo favorable. En muchos de los casos el material fotográfico aportado no permite determinar con rotundidad que el conductor se ha saltado el semáforo. Bien porque las fotos no tienen la calidad suficiente o porque en ellas no se aprecia el disco rojo y el coche ignorando la orden de detenerse. San Sebastián decidió dejar de utilizar el sistema tras la sentencia.

"Este tipo de sanciones están siendo anuladas cada vez con mayor frecuencia por los tribunales", explica Mario Arnaldo, presidente de la Asociación de Automovilistas Europeos. Y añade que, "desde que se puso en marcha", su organización ha denunciado que las pruebas con las que el "foto-rojo" documenta las denuncias "ofrecen serias dudas jurídicas". Entre sus asociados, destaca, suman casi un centenar de sentencias favorables en toda España. Critica, además, que no todos los semáforos siguen los mismos tiempos. Así, por ejemplo, las fases de luz naranja duran más en unos puntos que otros lo que "puede llevar a engaño a los conductores".

"Una denuncia observada por un policía tiene presunción de veracidad", destaca Mario Arnaldo. Y añade que los medios tecnológicos no siempre ofrecen garantías: "Hay casos en los que la multa viene acompañada de fotos que no se ven bien". En otros casos, dice, el problema se deriva del "control metrológico, que es obligatorio". Esto significa que si el "foto-rojo" instalado funciona de acuerdo con la frecuencia en que cambian las luces del semáforo, se tiene que verificar que la duración de los ciclos sea correcta.

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