En la primera prueba de la convocatoria pública de empleo del Servicio de Salud del Principado, celebrada ayer en la Facultad de Economía, en el campus ovetense del Cristo, no hubo más bajas que las previstas. Fue el examen más seguro, para evitar filtraciones, y para los cientos de médicos que acudieron de toda Asturias y de otras comunidades autónomas el examen resultó más bien "asequible".

De los 1.376 médicos convocados a la primera prueba de la oferta pública que el Sespa completará entre este año y el que viene, ayer, en la sede de la oposición se presentaron 1.078, el 78 por ciento de los inscritos.

El gerente del Sespa, José Ramón Riera, considera ese dato como "un éxito para cualquier oferta pública" y una demostración del "fuerte atractivo de Asturias" para los profesionales de otras comunidades, ya que casi el 40 por ciento de los aspirantes eran de fuera de la región.

Fue también la oposición sanitaria más vigilada de la historia, con 50 vigilantes, cámaras y un notario supervisando el proceso para evitar que se repitan filtraciones en las preguntas de los exámenes como las que se produjeron en 2011.

Los opositores optaban a 19 plazas de la especialidad de Radiodiagnóstico, a la que se presentaron 53 (el 67 por ciento de los inscritos); por las 28 plazas de Anestesiología concurrieron 91 aspirantes (el 73 por ciento de inscritos); de Pediatría hay convocadas 17 y 101 candidatos; y la más numerosa es la convocatoria de Medicina de Familia, a la que con 96 plazas se presentaron 833 presentados (el 77 por ciento de los inscritos).

Los opositores, jóvenes y maduros, asturianos y de otras comunidades, a menudo padres acompañados de sus parejas y sus hijos pequeños, estaban convocados a las once de la mañana y la entrada en las quince aulas habilitadas para ellos no se demoró mucho; a las dos de la tarde se dio por acabado el examen y comenzaron a salir del recinto.

Con los servicios médicos y una UVI móvil a las puertas del edificio, para atender cualquier imprevisto sanitario, la prueba acabó sin ningún incidente reseñable, según fuentes de la Consejería de Sanidad del Principado.

José Ramón Riera, que se acercó hasta la Facultad de Economía a media mañana aseguró que se estaba desarrollando "sin incidentes y dentro de la normalidad".

El resultado del examen desarrollado ayer se sabrá dentro de una semana o a más tardar en diez días y mañana se harán públicas las plazas disponibles.

El gerente del Sespa adelantó que en enero de 2017, alrededor del día 21, se celebrará el segundo examen de Anestesiología y Radiología. A finales de ese mismo mes está previsto convocar la segunda tanda de especialidades médicas, que serán Cirugía general, Urología, Ginecología y Obstetricia, y Pediatría hospitalaria.

A partir del mes de enero y a lo largo de todo el próximo año "cada mes aproximadamente habrá una convocatoria y exámenes", anunció Riera, que explicó que la intención de la Administración sanitaria asturiana es "completar en 2017 toda la convocatoria pública que hemos comprometido en 2016". La oferta de empleo se extenderá no solo al personal facultativo sino a todos los profesionales, incluso los no sanitarios, de modo que al final de la convocatoria queden cubiertas 522 plazas.

Pablo Díaz, Ana Fañanas y Marta Espina están entre los aspirantes a una plaza fija de médico. Ayer, minutos antes de entrar en el examen, aseguraban estar "tranquilos" y no tenían preocupación alguna por la seguridad. Todos ellos trabajan actualmente en las Urgencias del hospital de Cabueñes, en Gijón; él desde hace tres años, y aspiran a estabilizar y mejorar su situación laboral.

Otro gijonés, Antonio Rubio, salía del examen sin grandes expectativas: "Es la primera vez que me presento a una oposición, más bien para ver cómo es". En el examen "había preguntas largas y preguntas cortas, no fue ni fácil ni difícil, pero había preguntas que marcan la diferencia".

La dominicana Nikauri Encarnación y el cubano Ricardo Díaz residen en Asturias desde hace muchos años -él más de veinte- y trabajan en la empresa privada. También concurrieron ayer a la oposición. Ella sin mucho tiempo libre para prepararla y él desde septiembre en una academia. "Es una inversión, en todos los sentidos", reconocía. Ambos se presentaron a la prueba ajenos a las medidas se seguridad adoptadas. "¿Cómo no vamos a confiar en el sistema?", se preguntaba incrédulo Ricardo Díaz.