Iba a ser un año más en el que la catedral de Oviedo acogería la tradicional bendición de los Niños Jesús de los hogares ovetenses, que organiza la Asociación Belenista de Oviedo. Pero en esta ocasión hubo una novedad, eso sí, también con espíritu navideño, que se produjo en el exterior. Y es que un grupo de familias decidió dar un paso al frente y denunciar, con portales de Belén en la mano, que la plaza de la Catedral, la de Alfonso II el Casto, no es el lugar apropiado para instalar una gran pista de hielo. A su juicio, a la plaza de la Catedral debe regresar el belén monumental que hasta la llegada del tripartito (Somos, PSOE e IU) al poder se instalaba en el exterior del templo, y por donde debería de pasar también la cabalgata de Reyes.

Wenceslao Sánchez, tocayo del alcalde socialista ovetense, fue uno de los artífices de la reivindicación. "Hemos promovido esta plantada de belenes para que la plaza de la Catedral vuelva a tener en estas fechas el uso que tenía, para que los ciudadanos de Oviedo y los muchos que vienen de afuera puedan disfrutar de este espacio tan emblemático, ahora anulado por una gran pista de patinaje sobre hielo que se pudo haber instalado en otros lugares", señaló.

Como ejemplo puso el Parque de Invierno, la Losa, el aparcamiento del Carlos Tartiere o el Campo San Francisco. Y añadió que "además, la ubicación (de la pista) no es la apropiada para el entorno del casco histórico de la ciudad". Dolores García de Miguel, por su parte, explicó que esta iniciativa partió de otra similar que hubo en Madrid. Y añadió que la pista de hielo puede coexistir con la tradición navideña del belén en la plaza de la Catedral, pero fuera de ella, lo que contribuiría a dar más vida al barrio en el que se instalara.

La escritora Tosa Merodio también acudió a esta primera plantada de belenes, "sin entrar en provocaciones, haciéndolo con elegancia, no con los fascismos de otros, que creo se deben de acabar", en clara alusión a la política navideña del tripartito.

Carmen Uría es una ovetense que regresa a su ciudad por Navidad, "pero me da mucha pena al ver ciertos signos como la retirada del belén de la plaza de la Catedral. El derecho a la libertad religiosa también pasa por respetar un sentimiento mayoritario como es el que hay en Oviedo".

Poco después, el deán de la Catedral, Benito Gallego, decía a las familias que asistían a la bendición de las figuras de Cristo recién nacido que ésta "se hace extensible a los hogares, y que nos ayudará a ser más parecidos al Niño Jesús".

La bendición contó con fondo musical propio, que corrió a cargo de la orquesta y el coro infantil de la Escuela Divertimento.