Apuntalar la red sanitaria pública de la Asturias periférica parece ser la prioridad que se ha marcado el Servicio de Salud del Principado (Sespa) al seleccionar las plazas vacantes que se ofrecerán a los médicos que aprueben las oposiciones, ya en marcha, de las cuatro especialidades en las que el Principado sufre más carencias.

Los procesos selectivos en las disciplinas de medicina de familia, pediatría de atención primaria, anestesiología y radiodiagnóstico han puesto en juego un total de 160 puestos fijos, que se distribuyen del siguiente modo: 96 de medicina de familia, 28 de anestesia, 19 de rayos y 17 de pediatría de primaria. Pues bien, en el reparto por áreas sanitarias ganan la de Oviedo, donde se adjudicarán un total de 36 plazas; la de Gijón, con 34; y la de Avilés, con 25. Pero, si se atiende al volumen global de sus plantillas médicas, son proporcionalmente muy superiores las cifras de las áreas de Jarrio y Cangas del Narcea (se cubrirán 18 plazas en cada una), y la de Arriondas (15).

A la Administración sanitaria le cuesta lo que no está escrito encontrar médicos de determinadas especialidades para los hospitales de las alas de Asturias. En los últimos meses, se han sucedido convocatorias de plazas de estos centros sanitarios, para cubrirlas con carácter interino, que han sido declaradas desiertas a causa de la falta de candidatos. Pero es que en las citadas cuatro disciplinas en las que los concursos-oposición ya están iniciados (se realizaron exámenes el pasado sábado) la carencia de especialistas afecta incluso a los principales núcleos urbanos de la región. Por ejemplo, en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) escasean los anestesistas desde hace años.

La situación descrita parece haber movido a las autoridades sanitarias de la región a emplear como aliciente lo que supone una plaza en propiedad para empezar por los centros periféricos la tarea de cubrir los huecos que presenta la plantilla médica asturiana.