"Fábula del freelance y las hormigas"; "Romance del freelance y la acacia" o "Alicia en el país de las redes sociales", son algunos de los poemas que Sergio C. Fanjul incluye en su libro "Pertinaz freelance", toda una oda a los autónomos de nuevo cuño, como él, a los que apenas cinco segundos separan de la cama a la oficina doméstica.

Es esa existencia solitaria y a la vez imbricada en el mundo de internet la que aparece en las páginas que han merecido el accésit del premio Gil de Biedma de poesía y que ayer desgranaron en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA el propio autor, ovetense, astrofísico y colaborador de "El País", junto Fruela Fernández y Miguel Ángel Caballero, que realizó una lectura casi escenificada de varios de los poemas del libro, junto al periodista de LA NUEVA ESPAÑA Chus Neira que realizó una introducción. Uno de los poemas protagonistas fue el de esa moderna Alicia subyugada por la pantalla de su smartphone, que pasa los días entre "prodigios digitales" como tuits y "likes" de facebook. "Por el Este amanece en el smartphone / y ella abre un ojo para clavarlo en la pantalla", escribe Fanjul y con ello ironiza sobre una realidad que según declara, le lleva a ser "cada vez más tecno-pesimista". A Fanjul no le seduce especialmente una vida pendiente de estímulos externos como mensajes de WhatsApp o Facebook. Puso como ejemplo el caso del profesor de literatura Nicholas Carr, autor de "Superficiales: ¿qué está haciendo Internet con nuestras mentes?", que dejó las redes sociales cansado de la búsqueda continua de esos estímulos que le impedían leer novelas y cumplir con su trabajo. Fanjul fue realista en sus previsiones para el mañana, "el futuro tecnológico llegará a ese escenario que se producirá cuando la tecnología artificial domine a la humana. No me parece una perspectiva halagüeña convertirme en un perfil de Facebook". Fruela Fernández elogió la obra de Sergio C. Fanjul, "que con la excusa de leer el presente, lo hace con ironía, la forma en la que los melancólicos siguen creyendo en causas perdidas". Esa tensión entre lo virtual y lo material, que alterna entre hormigas y Facebook; supermercados 24 horas y una acacia, permite desarrollar una visión materialista. El poeta desplegó los pros y contras de la vida del autónomo, sin horarios, pero sólo ante si mismo.