"Mamá, tengo hambre". Esa es la frase que más repitieron los niños que acudieron con su familia a la cena de Nochevieja de la parrilla "El Olivo" de El Escamplero. El restaurante ofertó un menú infantil que a los clientes les pareció a todas luces insuficiente para los 18 euros que costaba. Había salchichón, cecina, algo de jamón, croquetas y escalopes sin patatas fritas. "Los críos echaron de menos más comida, quedaron con hambre y encima algunos, como el mío, no tuvieron uvas. Luego las tomó con los canarios", comenta un padre.

Los propietarios abrieron la parrilla hace un mes y medio al cambiar la titularidad del anterior negocio con la esperanza de montar un restaurante para viernes, sábado y domingo. Ahora, aseguran estar "en la ruina".