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El cambio de nombre de las calles no se nota, Oviedo usa "los de siempre"

"Gasté 3.000 euros en modificar tarjetas, rótulos, publicidad, bolsas... para nada", afirma un comerciante

La plaza de la Gesta, que tras la aplicación de la ley de la Memoria Histórica ha pasado a llamarse plaza del Fresno. IRMA COLLÍN

Nada ha cambiado desde que la calle Comandante Vallespín pasó a llamarse Gloria Fuertes. Ni siquiera la placa identificativa, sin fecha para el relevo. Paula Jardón, que tiene allí una tienda de ropa, continúa recibiendo sus pedidos en la dirección de siempre, la misma que tenía antes de que el Ayuntamiento hiciese efectivo el cambio de las 21 calles de Oviedo afectadas por la ley de la Memoria Histórica. Las facturas le llegan puntualmente con destino a Comandante Vallespín, los pedidos, ídem de ídem y sus clientes, muchos del entorno, "se niegan" a aceptar que ahora viven en Gloria Fuertes. Y es que el cambio de las calles -que ya se ha incorporado oficialmente al padrón y al censo electoral- no ha calado entre la ciudadanía ni se aplica en el día a día de los negocios y comercios. "Pero si yo sigo llamando División Azul a la calle Real Oviedo (cambió en 2008), cómo voy a cambiar Comandante Vallespín por Gloria Fuertes", explica Paula Jardón.

La retirada de los nombres alusivos a la dictadura, por el momento, "sólo nos va a traer problemas", dicen los propietarios de negocios en algunas de las calles afectadas. "El cambio nos obliga a modificar todo lo que tenemos personalizado y a afrontar un gasto importante en unos tiempos difíciles para los negocios. Ahora tendremos que hacer tarjetas con la nueva dirección, modificar nuestras páginas web, toda la propaganda... Yo calculo que habré gastado unos 3.000 euros en todas esas cosas y ahora me da la sensación de haber tirado el dinero", señala Jardón. "Sólo en las bolsas en las que entrego la ropa a los clientes me gasté 1.500 euros", añade.

En la misma calle se encuentra el videoclub en el que trabaja Fernando Villavirán. El negocio lleva abierto 27 años y sus propietarios van a tardar en acostumbrarse al cambio. "Tengo miedo de que alguno de los repartidores no llegue a dejarnos las entregas si le mandamos venir a la calle Gloria Fuertes. Esto siempre ha estado en Comandante Vallespín y va a ser difícil que la gente cambie el chip, al menos hasta que pase un tiempo", señala Villavirán. En su opinión, "muchos ovetenses todavía no se han enterado del cambio y usan el nombre de siempre". Y eso que el alcalde, el socialista Wenceslao López, ya ha empezado a enviar cartas a los vecinos afectados por la modificación del callejero en las que se les adjunta el listado de las vías rebautizadas y un registro del padrón municipal con una relación de las personas vinculadas al domicilio. En las cartas, el Ayuntamiento también explica que todos los documentos oficiales en los que conste el nombre ahora retirado de las calles, como el DNI o las escrituras, seguirán teniendo validez a todos los efectos hasta que los titulares quieran o tengan la obligación de modificarlos.

Pero Ana Carballal, que regenta una administración de loterías en la antigua calle Alférez Provisional -ahora Charles Darwin- considera que los cambios "son un engorro". Ella también se queja de los gastos que van a suponer para los negocios. "Tendremos que cambiar los cuños, los rótulos... Todo", afirma Carballal. "Todos los envíos siguen llegando a la calle Alférez Provisional, es más, yo ni me acuerdo de que se llama Charles Darwin", dice. Y no es la única a la que le pasa. José Duarte, que es taxista con parada en la antigua calle Calvo Sotelo (ahora Federico García Lorca), asegura que "aún no se ha subido" a su coche "ni un solo cliente" que le pidiera una carrera a las calles recién bautizadas. "Van a seguir llamándolas como siempre. El noventa por ciento de la gente sigue refiriéndose a Fernando Alonso como Capitán Almeida", otro cambio del año 2008.

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