Oviedo se blindará en los próximos meses para evitar los destrozos, los accidentes, la insalubridad y los problemas con los vecinos que conlleva la creciente irrupción de jabalíes en el casco urbano. Las medidas para proteger la ciudad arrancan con la elaboración de un plan específico de prevención y control para luego llevarlo a la práctica antes de junio, época en la que se calcula que algunos ejemplares empiezan a abandonar las zonas boscosas y elevadas y bajan a la ciudad en busca de alimento. El Ayuntamiento acaba de encargar un informe al Instituto de Recursos Naturales y Ordenación del Territorio (Indurot) -dependiente de la Universidad de Oviedo- que estará listo en un mes. A falta de su redacción completa, el dosier establece que las papeleras sean "a prueba de jabalí", es decir, cerradas; que los cubos de colores del reciclaje den paso a depósitos subterráneos; que se haga una ordenanza para prohibir dar de comer a los ejemplares; que se imparta formación a los policías y a los bomberos; o que se realicen encuestas y campañas informativas.

La Junta de Gobierno adjudicó ayer a la Universidad la elaboración de este informe por 6.925 euros a través de un contrato que depende de la concejalía de Seguridad Ciudadana. El investigador y zoólogo Carlos Nores está al frente del proyecto específico de Oviedo, aunque también de otro más general para el Principado.

"Hemos comprobado que desde hace diez años hay un pico de daños producidos por jabalíes de junio a octubre en diferentes áreas de Oviedo, así que 2017 no será una excepción. Los animales volverán al casco urbano". Según el experto, las zonas a las que acuden con más frecuencias estos animales son La Florida, el Parque del Oeste, la falda Norte del Naranco y Vallobín. Y aunque ha estudiado junto a un equipo especializado el número más o menos fluctuante de jabalíes que hay en Oviedo, prefiere mantener el dato en cuarentena por el momento, a la espera de tener una estimación definitiva. "Son bastantes, sí", afirma.

Representantes del Gobierno regional, el Ayuntamiento y el Indurot se reunieron el pasado septiembre en vista de la multitud de avistamientos de jabalíes que estaba habiendo en la región, especialmente en Oviedo, con el objetivo de trazar un plan. "El programa para Oviedo tiene sus particularidades al tratarse de una zona urbana, pero lo más importante es llevarlo a la práctica lo antes posible para que sea un programa de prevención más que de actuación", señala Nores.

Así, mientras en el área rural, la montaña y los cotos de caza el Principado se decanta por aguardos o batidas con perro, los expertos de la Universidad recomiendan otro tipo de medidas en Oviedo dirigidas al control y la prevención. "Es importante que la basura no sea accesible para los jabalíes porque es uno de los primeros motivos por los que van a la ciudad. A partir de octubre, estos animales encuentran alimento suficiente en los bosques, donde ya hay bellotas y castañas".

El investigador del Indurot también insiste en la importancia de que el Ayuntamiento elabore una ordenanza que prohíba explícitamente alimentar a los jabalíes e incluso pasear con un perro sin atar por zonas de especial riesgo de presencia de estos ejemplares: "La mayor parte de la gente no sabe cómo reaccionar si se encuentra con uno o varios jabalíes delante. Hay quien creen que son animales domésticos y se acercan y otros los ven como el diablo. En el punto medio está la virtud. No los agobiemos ni les atraigamos".