Cinco personas resultaron intoxicadas en la madrugada del domingo en un chalé del núcleo rural de La Carrera, en Santa Marina de Piedramuelle, a causa de una avería en la caldera de propano del sótano. Entre las personas que requirieron atención médica había dos niños de nueve años, que fueron trasladados al Hospital Marqués de Valdecilla, en Santander para ser tratados en una cámara hiperbárica, y con ellos los padres de uno de ellos, una pareja de cuarenta años. Ayer, al cierre de esta edición, todos habían regresado al HUCA (Hospital Universitario de Asturias), donde también permanecía ingresada la madre de la mujer, de ochenta años.

El SAMU, el servicio de urgencias sanitarias de Asturias, y de la Policía Local de Oviedo, recibieron la alerta hacia las tres de la madrugada. Fue a esa hora cuando alguien de la familia llamó a los servicios de urgencias pidiendo ayuda. Cuando la Policía Local llegó al lugar de los hechos ya estaban allí las ambulancias atendiendo a las personas intoxicadas.

En el exterior del edificio encontraron a una pareja de cuarenta años, un hombre cuyo nombre responde a las iniciales D. G. G. y una mujer, C. B. A., según relataron fuentes de la Policía Local. Con ellos estaban los niños de nueve años, su hijo, B. G. B. y un amigo, de la misma edad, J. L. A. La quinta afectada por la inhalación de gases fue, atendiendo a los apellidos, la madre de la mujer, de ochenta años, D. A. G., según consta en el informe policial. Todos ellos fueron trasladados al HUCA.

Había una sexta persona en la casa, un muchacho de dieciséis años, probablemente el hijo mayor de la familia, que no requirió atención médica.

La causa de la intoxicación la encontraron los efectivos del servicio de Extinción de Incendios en el sótano de la casa, donde está la caldera de propano de la calefacción. Allí comprobaron que en el tubo de salida de gases estaba desacoplado, de modo que no expulsaba el humo a la calle sino al interior de la casa.

A la llegada de los bomberos, el nivel de dióxido de carbono en el aire era tan elevado que, dado que ya no había ninguna persona dentro y las ventanas y puertas de la casa estaban ya abiertas, prefirieron esperar a que se normalizaran los niveles en el aire antes de entrar y buscar la causa del escape.

Ayer, a primera hora de la tarde, el chalé permanecía con las ventanas abiertas, vacío y con la verja cerrada. Solo el perro ladraba y correteaba por el jardín.

En el vecindario el suceso paso desapercibido dada la hora a la que se produjo. Ni la pareja que vive en la finca adyacente se despertó por el ruido de las ambulancias, las patrullas de la policía y el coche de bomberos que se desplazaron hasta el lugar. Solo se extrañaron, ya por la mañana, de que una esquina del muro que rodea su parcela, hubiese sido derribado, aparentemente por el impacto de algún coche ya que en el suelo habían quedado restos de los focos de un vehículo.

En vista de su estado, los médicos del HUCA decidieron enviar a los niños y a la pareja de mediana edad al centro hospitalario de Valdecilla, que cuenta con una cámara presurizada en la que pudieron respirar oxígeno puro, un tratamiento que ya habían completado a media tarde.

Al acabar fueron trasladados de nuevo a Oviedo y ayer continuaban ingresados en el HUCA, junto a la quinta intoxicada, la mujer de ochenta años.