Jorge Portillo dejó una carta a modo de confesión en el buzón de la oficina anexa al piso que compartía con Isabel Márquez en la calle General Zuvillaga. "Estimados vecinos: Cuando leáis esta carta, estaré muerto. Mi pareja yace muerta en nuestro dormitorio. Les ruego avisen a la Policía y les entreguen las llaves para poder entrar. He... Lo siento meterles en este lío". La mujer que se encontró la misiva declaró ayer en la Audiencia como testigo. "Como parecía que había algo dentro pensamos que era una broma, pero al abrir el sobre, leer la carta y ver las llaves avisamos a la Policía Nacional". La empleada relató también que uno de los días previos a encontrar la carta vio a Portillo "desaliñado, con barba y oliendo a alcohol".

El único sospechoso de la muerte de Isabel Márquez dejó otra carta en su piso compuesto por cuatro folios dirigidos a su pareja. La escribió en un hotel de la calle santa Clara donde estuvo alojado las dos noches posteriores al crimen.