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Cambio de placas

Melquíades Cabal crece por Comandante Bruzo

El vecindario está inquieto por cómo se ajustará la numeración al fundirse en una las dos calles del Milán

Melquíades Cabal crece por Comandante Bruzo LUISMA MURIAS

Elena FERNANDEZ-PELLO

La calle Comandante Bruzo está en el Milán y, mientras aquello fue un cuartel militar, llegaba hasta el muro que lo encerraba. Cuando el recinto se abrió y dejó entrar a la Universidad, al nuevo tramo de calle se le dio el nombre del médico Melquíades Cabal. Hay vecinos que aún recuerdan el acuartelamiento, como Pilar Rodríguez, propietaria de una mercería y que cuenta que siempre ha vivido en el barrio. Ahora, con la aplicación de la Ley de Memoria Histórica, la rara división de esta calle, que hasta ahora era una sola con dos nombres, desaparece y Melquíades Cabal se extiende a lo largo de toda su longitud.

"A mí el nombre de la calle me da lo mismo la cuestión es que ahora tenemos que cambiar todas las direcciones, avisar a los proveedores porque en Google ya viene toda la calle con el mismo nombre, y luego está el problema de la numeración", comenta Pilar Rodríguez. El "problema" del que habla es que nadie sabe en el barrio qué número hay que cambiar, los de los portales de la calle que desaparece o los de la que crece.

En la parada del autobús y en el rótulo de la calle sigue el nombre antiguo y a día de ayer, nadie había recibido notificación del Ayuntamiento de Oviedo sobre el cambio de nombre.

Sobre el asunto de fondo, el de la memoria histórica, Pilar Rodríguez opina que "la memoria no se debería borrar, cada uno que tenga sus ideas y lo que hay que hacer es respetar". Eso, explica, lo ha aprendido con el trato directo con los clientes. "Hay que trabajar por el bien común, para todos, para los de derechas y los de izquierdas", añadió.

Pedro Bruzo Valdés, el titular de la calle del Milán, era un cordobés que al estallar el alzamiento militar de 1936 tenía 37 años. Era capitán de Infantería y estaba destinado al cuartel del Milán desde 1935. Estuvo destacado en Trubia, defendiendo la fábrica de cañones, y había regresado a Oviedo hacía seis días cuando Aranda se unió a la sublevación. Bruzo estuvo al frente de varias operaciones militares en el perímetro de Oviedo y fue herido en el Caño del Águila. Murió en el frente de Teruel dos años más tarde, después de haber participado en varias batallas. Para unos es un héroe de guerra, para otros un traidor. "Lo que hiciera ese señor en vida ya lo pagaría, y ya no está aquí", comentaba ayer Alfonso Quiñones, al frente de una cafetería abierta hace seis meses. Él aventura que con en el cambio de nombre de las calles pasará como con el de las pesetas al euro, "que todavía se sigue haciendo el cambio mentalmente".

Las facturas de su bar continúan llegando a la antigua dirección y Quiñones supone que el cambio irá haciéndose efectivo paulatinamente.

Constatino Alfonso regenta una peluquería de caballeros en la misma calle y no muestra tanta paciencia. Comenta que "los encargos de papelería hay que hacerlos con antelación y los calendarios, que eran para entregar en diciembre, iban todos con la dirección antigua".

Desconoce quién era el Comandante Bruzo y tampoco sabe quién fue el que ahora da nombre a la calle. No sabe, como la mayoría de sus vecinos, que se trata de Melquíades Cabal González, un médico nacido en 1910 en Oviedo, con una intensa vida profesional e intelectual, que participó en la fundación de la Sociedad Española de Cardiología y del Real Instituto de Estudios Asturianos (Ridea).

Alfonso reconoce que le es indiferente y que para él son solo nombres, útiles para llegar a un lugar. Se teme un montón de molestias, con los cambios de dirección en las escrituras, las facturas y hasta en el documento de identidad.

Rosario San Román es la más tajante sobre el cambio de nombre de la calle. Es la veterana entre los encuestados ayer por LA NUEVA ESPAÑA. "Llevo viviendo aquí mas de cincuenta años y siempre se ha llamado así. No, no hay por qué cambiarlo todo", afirma. Ella supone, y lo deja caer con picardía, que la razón por la que Comandante Bruzo ya no gusta es porque era un militar: "Y al gobierno tripartito no le gustan los militares, ya lo sabemos".

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