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Al Final De La Semana

La Gesta, ni para el colegio

El nombre que pierde la céntrica plaza, ahora del Fresno, desaparece de los autobuses urbanos cuando se refieren al centro público

La Gesta, ni para el colegio

En el autobús urbano, la voz enlatada canta las estaciones. "Próxima parada, Calvo Sotelo-Gesta", decía antes la grabación; el otro punto de la misma calle para recoger pasajeros es "Calvo Sotelo-Instituto", frente al Alfonso II. La plaza de la Gesta ahora es la plaza del Fresno y Calvo Sotelo es Federico García Lorca, asesinado por asesinado, por cierto; es una de las veintiuna calles que cambian de nombre por la ley de la Memoria Histórica, una tarea a la que se ha lanzado el tripartito entre un mar de opiniones diversas: rechazo frontal de algunos colectivos vecinales, considerable indiferencia y desinformación a pie de calle, y la aprobación en sectores progresistas, silenciosos esta vez, porque siempre hace más ruido el que niega.

La Gesta de Oviedo sale del callejero pero no del colegio cercano. También desaparece del autobús. La Tua, que se oye todavía en la calle, aplica su ley propia de Memoria Histórica y donde la grabación decía "Calvo Sotelo-Gesta" repite ahora "Calvo Sotelo-colegio".

Concejales sin whatsapp

Pasó el miércoles de buena mañana. Que en los teléfonos inteligentes (algo anticuados, que quede claro también) de los ediles dejó de funcionar el whatsapp; sudores, escalofríos, temor a citas perdidas? cataclismo en las consistoriales hasta que el alcalde, el líder Wenceslao López, apagó el fuego con un email salvador: "A quien no le funcione el whatsapp que se pase por el servicio de informática", decía más o menos, aunque a los expertos los nombró por el acrónimo del servicio. No cundió el pánico en Somos. Ellos usan Telegram, más seguro que la herramienta masiva, o al menos así vendían las ventajas de la aplicación los que se desmarcaban del masivo whatsapp sin mucho éxito de convocatoria.

Si cuela, coló

Aunque dio su guerra, la crisis de los teléfonos fue una broma al lado de la crisis del tripartito de hace nueve días. No por acostumbradas, las broncas son menores. La enésima ruptura vino por el proyecto de área metropolitana central que promueve Gijón; la capital se postula este mes como anfitriona de una reunión de trabajo. Gusta la idea en IU y Somos, aunque no en el PSOE, partidario de enfocar el proyecto hacia la Federación de Concejos. Sin previo aviso, sin consultas, los podemistas se presentaron a la Junta de Gobierno con la idea de aprobar la convocatoria para la cumbre de ayuntamientos. Incluían la renuncia del alcalde, el socialista Wenceslao López, a su papel representativo, para delegar en el concejal de Urbanismo, Ignacio Fernández del Páramo, obviamente de Somos. Y todo estaba preparado para firmar y aprobar. Montó en cólera Ana Rivas (PSOE), la segunda teniente de Alcalde y le tocó al Alcalde contemporizar. Rivas afeó a los de Somos ideas y actitudes premeditadas contra los socialistas. El debate todavía colea, con la reunión metropolitana a la vuelta de la esquina. Que nadie descarte una comisión de enviados especiales del tripartito.

Querer pagar y no poder

No siempre querer es poder porque el asunto de las multas se está complicando en Oviedo. Si la Policía Local carga más o menos el brazo es secundario al lado del follón del servicio de Recaudación, una suerte de fase beta del pago de sanciones e impuestos que, de momento, retrasa las cosas. Una agente de policía ayuda a los funcionarios y los orienta; el pago por internet no ha entrado en funcionamiento hasta el viernes y, para colmo, un grupo de empleados de la contrata amenaza con acabar (otra vez) en los tribunales no sin antes pedir que les digan dónde se ponen a trabajar en esto de las multas. Un desbarajuste marca de la casa del tripartito, una administración con cierto gafe: cosas que ponen en marcha, follón que te crió.

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